Día Internacional del Libro (II)

Góngora-Quevedo, un mano a mano literario
Si a don Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas, y a don Luis de Góngora y Argote, les llegan a decir en su Siglo de Oro que sus nombres iban a pasar, en gran medida, unidos a la historia, les hubieran entrado los siete males. O no, porque en el fondo ellos, disfrutaban de este duelo literario. Eran enemigos íntimos, y eso siempre ha unido y une mucho, y se les lee por separadado con gran admiración.
Además les une formar parte del Siglo de Oro. Dos hitos marcan las fronteras de este periodo, la publicación de la Gramática castellana de Antonio Nebrija en 1492, y la muerte de Calderón en 1681. Los más brillantes escritores de la época, Cervantes, Lope, Alarcón, Tirso de Molina, han hecho pasar esta época a la historia como la más grande y sensacional de todos los tiempos en nuestro país.
Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas, nació el 17 de septiembre de 1580 en Madrid, y murió el 8 de septiembre de 1645 en Ciudad Real. Fue uno de los más importantes personajes en la época, en ese Madrid de la corte que tan bien refleja Arturo Pérez Reverte en El capitán Alatriste. Fue Señor de la Torre de Juan Abad, y Caballero de la orden de Santiago. Hijo de nobles con presencia en la corte, el mayor prestigio lo ganó gracias a su obra, y su inteligencia. Estudió mucho y muy bien, y se movió de Madrid a Valladolid, y de ahí a nuestra ciudad de nuevo, cuando la capital cambió de sede, y la corte pasó de un lugar a otro. Desde 1606 a 1611, vive en Madrid, y se hace muy amigo de Lope de Vega y de Miguel de Cervantes, a quien alaba en una de sus obras, tras ser él alabado en Viaje al Parnaso. Hizo amigos, pero también enemigos, como Juan Ruíz de Alarcón, o Juan Pérez de Montalbán, pero ninguna de estas enemistades fue comparable a la más genial de la historia de las letras españolas, la que mantuvo con Góngora.
Luis de Góngora y Argote nació en Córdoba el 11 de julio de 1561, y falleció el 23 de mayo de 1627 en su ciudad natal. Es el máximo exponente del culteranismo, también llamado gongorismo. Hijo de juez y de noble dama, estudió en Salamanca, tomó órdenes menores y fue canónigo de la Catedral cordobesa. Tuvo muchos seguidores: Juana Inés de la Cruz, Francisco de Trillo y Figueroa, etc. Pero, como dije, se enfrentó a Quevedo, entre otros. Fue capellán de la corte con Felipe II.

SONETO DE LUIS DE GONGORA A DON FRANCISCO DE QUEVEDO
Anacreonte español,
no hay quien os tope
,que no diga con mucha cortesía,
que ya que vuestros pies son de elegía,
que vuestras suavidades son de arrope.
¿No imitaréis al terenciano Lope,
que al de Belerofonte cada día
sobre zuecos de cómica poesía
se calza espuelas y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros anteojos
dicen que quieren traducir al griego,
no habiéndolos mirado vuestros ojos.
Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
porque a luz saque ciertos versos flojos,
y entenderéis cualquier gregüesco luego.
SONETO DE FRANCISCO DE QUEVEDO A DON LUIS DE GÓNGORA
Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisferio
zona divide en término italiano;
este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por enterotodo buen abaquista veneciano;
el minoculo sí, mas ciego vulto;
el resquicio barbado de melenas;
esta cima del vicio y del insulto;
éste, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas.
Brillantez extrema.
Mañana: Shakespeare.

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