Un aeropuerto es el escenario ideal para casi cualquier tipo de historia. Es un recurso clásico de las comedias románticas acudir deprisa y corriendo a un aeropuerto para intentar evitar que el amado o la amada tomen un avión. Los nervios y las tensiones que generan los aeropuertos pueden dar pie también a no pocas historias casi, casi de terror, o desde luego, de intriga. Por un aeropuerto pasan miles de personas al día, y eso son muchas historias concentradas a la vez en un mismo sitio o, mejor dicho, en un mismo no-lugar. Así que es lógico que el cine vuelva una y mil veces a los aeropuertos como escenario ideal de sus historias. Es lo que hace también Equipaje de mano, la película de acción de Jaume Collet-Serra estrenada en diciembre por Netflix.
De la película no puede decirse que reinvente el género, pero sí que cumple a la perfección su propósito. En ese sentido, es un thriller perfecto, que logra entretener al espectador a lo largo de sus casi dos horas de metraje. Es una pura película de acción, con los excesos y los problemas de verosimilitud habituales en este tipo de producciones, pero también con el ritmo trepidante y la capacidad de entretener de las buenas películas del género.
Collet-Serra lleva años demostrando su querencia por el thriller y su buen oficio a la hora de narrar historias con los códigos de este género. Unas mejores que otras, claro, pero no son pocas ya las películas que ha firmado este director español que trabaja para Hollywood y cuyos trabajos son garantía de tensión, intriga, entretenimiento y escenas impactante.
En este caso el protagonista de la película (Taron Egerton) es un trabajador del control de seguridad de un aeropuerto. Le toca trabajar en Nochebuena, igual que a su mujer (Sofia Carson), también empleada del aeropuerto y que está embarazada. Este hombre, que no está especialmente a gusto en su trabajo, que hace lo justo y poco más, que en realidad querría ser policía, se ve chantajeado: o deja pasar por el control una maleta con contenido desconocido, pero que no puede ser nada bueno, o su mujer morirá.
El protagonista, claro, quiere proteger a su mujer y a su futuro hijo, pero también desea evitar lo que sea que puede ocurrir con esa maleta. Así que intentará hacer lo correcto y, a la vez, evitar que le ocurra nada malo a su mujer. Todo ello mientras recibe más y más presión por parte de un tipo siniestro que parece tenerlo todo controlado y al que da vida Jason Bateman, quien mejor interpretación hace de todo el elenco, que sólo cumple, sin demasiados alardes.
La película, ya digo, no es rompedora ni revolucionaria, está lejos de ser una película perfecta, pero logra su objetivo de entretener y divertir con una intriga bien armada. Además, regala una escena de una pelea dentro de un coche que es, sin duda, de las más espectaculares que recuerdo en muchos años. Collet-Serra, en fin, sabe a lo que juega y lo hace realmente bien.
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