Las cosas están cambiando en el sistema financiero mundial o eso parece visto lo que se está debatiendo en Londres en esta trascendental reunión del G-20 para abordar la crisis económica mundial. Hay quien ya habla incluso de un nuevo orden mundial y una vez más los países más ricos del planeta han tratado de dejar a un lado sus diferencias para dar una necesaria imagen de unidad.
Lo han conseguido. Al final se pone de nuevo el acento en los consensos y en el acuerdo en relación a varios puntos importantes como el estímulo de 1,1 billones de dólares aprobado ayer por el G-20. Gordon Brown, anfitrión declaró tras la cumbre que "el FMI analizará las medidas y elaborará un informe para la próxima reunión. Y, si es necesario, cada país hará lo necesario para recuperar su economía".
La próxima cita del G-20 será de nuevo en Estados Unidos, esta vez en Nueva York. Barack Obama asistía por primera vez a una cumbre de este organismo y tras la misma declaró que consideraba que "sido una cumbre productiva".
"Es la reforma más profunda del sistema financiero desde 1945", dijo Nicolas Sarkozy tras la cumbre. Parece claro que a partir de ahora el FMI jugará un papel más protagonista del que tenía hasta ahora.
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