Rehén

 

Netflix, como el resto de plataformas, sabe bien qué tipo de contenidos atrapa a los espectadores y estos últimos años le han funcionado muy bien los thrillers políticos que enganchan y sorprenden con un ritmo trepidante y constantes giros de guión. En esa categoría puede inscribirse Rehén, que tiene ciertos parecidos con Bodyguard y La diplomática. 

En este tipo de series, a veces la verosimilitud se sacrifica en favor del espectáculo y eso también ocurre con esta última producción. Su objetivo principal es captar la atención del espectador desde el minuto uno de la serie y no soltarlo hasta el instante final. Y Rehén lo logra con creces. A ratos, hay situaciones que chirrían un poco, en ocasiones hay falta de verosimilitud, pero la serie engancha y sorprende

En Rehén, de apenas cinco capítulos, se diría que muy pensada para hacer una maratón y verla casi del tirón, las dos grandes protagonistas son la primera ministra del Reino Unido (Suranne Jones) y la presidenta francesa (Julie Delpy). Las interpretaciones de ambas actrices es, sin duda, lo mejor de esta serie. Las dos mandatarias se juntan en Londres en lo que iba a ser una cumbre para buscar soluciones para una crisis sanitaria por falta de medicamentos en el Reino Unido. Pero de pronto, todo se tuerce. Hay un secuestrado, al que alude el título de la serie, que busca torcer la mano de la primera ministra británica. 

La serie, aunque haya pasajes poco verosímiles, coge retazos de la realidad. Cuesta no ver, por ejemplo, ecos del Brexit en ese problema de aislamiento del Reino Unido. Hay debates sobre le gasto en defensa y la inmigración. La presidenta francesa se presentó a la campaña con unos ideales que fue dejando atrás para contemporizar ante el auge de la extrema derecha, disparada en las encuestas. Y, por supuesto, también hay intentos de utilización de la prensa por parte del poder o disturbios provocados para generar el caos. 

También hay dilemas sobre los sacrificios personales que implica el poder y la exigencia tan poco humana de anteponer el interés del país al de la familia. Como manda el género, la trama se va complicando más y más, nada es lo que parece,  no faltan los topos, las sorpresas y los giros de guión. Pronto entra en acción, entre otros personajes, el hijastro de la presidenta francesa (Corey Mylchreest) o el marido de la primera ministra británica (Ashley Thomas), que tendrán papeles decisivos en la trama. 

Rehén, en definitiva, ofrece exactamente lo que se espera de ella. Si buscas una historia sesuda y realista, no es para ti, pero si quieres una historia trepidante de las que enganchan, ésta es tu serie

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