Tui


Es fascinante cómo la ubicación geográfica condiciona la historia y la fisonomía de las ciudades. Incluso, su propia existencia, claro, ya que los asentamientos de personas en unos lugares y no en otros depende de su geografía, altura, posición próxima a los ríos, etc. Tui, por ejemplo. La ciudad pontevedresa es fronteriza con Portugal y es también punto de paso de la ruta portuguesa del Camino de Santiago. Ambas  peculiaridades están muy presentes en las calles de Tui, cuya singularidad sorprende al viajero y en cuyas calles se encuentran huellas de tiempos pasados desde la población local prerromana hasta la actual, que compone junto a su vecina lusa Valença do Minho una eurociudad desde 2012. 

El Miño es la frontera natural con Portugal y es también referencia constante en el paisaje de Tui. Su paseo fluvial es maravilloso y uno se tiraría ahí horas y horas contemplando al caudaloso río desde un muy cuidado y agradable espacio en el que relajarse y bajar las pulsaciones. No hay prisas ni estrés posible en Tui, la calma, el sosiego y la belleza paisajística lo dominan todo. 

Es muy interesante cruzar el conocido como Puente Internacional, que tiene a la mitad la frontera entre España y Portugal. El puente fue inaugurado en 1886, cuenta con 318 metros de longitud y fue diseñado por el ingeniero francés Gustave Eiffel. Antes de su construcción, el constante intercambio de bienes y productos entre Tui y Valença se hacía por barca. Ahora está este puente, por el que también pasa el camino portugués de Santiago, y otro más. Por su ubicación geográfica, ambas ciudades fueron objeto de disputa entre Portugal y España, mientras que hoy son  símbolo de buena vecindad. Es una bella metáfora este puente. Y es precioso el proyecto de la eurociudad que ambas forman. Hay un trenecito turístico que une ambas ciudades y cruza el puente, la frontera. Y un empeño común por defender la singularidad de ambas ciudades. En Tui, la calle que conduce a Valença se llama Avenida de Portugal y en Valença la que dirige a Tui se llama Avenida de España


Valença es famosa sobre todo por ser una ciudad comercial. La ciudad de las toallas, incluso se la llama. Lo cierto es que, sí, tiene muchas tiendas de toallas y ropa de cama por todos lados, pero es mucho más que eso. Merece una visita, en especial, su fortificación. También las callecitas empedradas y las muchas pequeñas iglesias que el visitante se encuentra a su paso. Eso y, por supuesto, la comida, con el bacalao como plato estrella allá donde mires


Más allá de esa bella metáfora del puente que une dos países y del imponente río Miño como frontera natural, sin duda el mayor aliciente de Tui es su impactante catedral. Está situada en lo alto de la colina, de tal forma que domina toda la vista de la ciudad pontevedresa. Tiene aspecto de fortaleza, de castillo. Y cuando se contempla desde fuera uno no puede ni siquiera hacerse una idea de lo que encontrará en su interior.

El exterior ya es llamativo por esa apariencia de fortaleza y también porque cuenta con una fachada de estilo románico y otra de estilo gótico. Su pórtico de entrada es de esos que requiere un buen rato para poder captar cada detalle y contemplarlo con calma. Impresiona. La historia de la catedral se remonta a una basílica paleocristiana de los siglos V-VI situada en ese mismo espacio en tiempos del Reino Suevo. La catedral actual empezó a tomar forma en el siglo XII y fue consagrada en 1225, en tiempos del rey Alfonso IX.

Además de las distintas capillas, del museo catedralicio, con auténticas joyas, de su altar mayor y de algunas curiosidades como una virgen amamantando al niño Jesús, iconografía no tan común en las iglesias, la catedral tiene dos sorpresas más reservadas para el visitante: un claustro bellísimo, de esos en los que se detiene el tiempo y es imposible pensar en cualquier tema del día a día, porque te traslada a otro lugar y te provoca una inmensa sensación de paz y calma, y también unos jardines preciosos y muy bien cuidados que ofrecen unas impresionantes vistas del río Miño

Tui, ya digo, con referencias al camino de Santiago por todas partes y donde uno se encuentra con peregrinos de todas partes del mundo, tiene también otros lugares interesantes como la ermita de San Telmo, patrón de Tui, que también da nombre a mi barrio preferido de Buenos Aires, por cierto, o la bella Iglesia de San Francisco. Pasear sin rumbo por sus calles (llenas de cuestas), volver al paseo fluvial, maravillarse de la calma que se respira y pensar en cómo la estratégica situación geográfica ha sido clave en el devenir de esta ciudad con tantos siglos de historia es, en fin, un auténtico placer. Otra ciudad preciosa de Galicia, otra más. Galicia siempre es una buena idea. 

 

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