Ana ha besado a otro


Una de las razones por las que me enganché como pocas veces antes a la última edición de Operación Triunfo fueron las hipnóticas clases de interpretación de Abril Zamora. La actriz, directora y guionista ayudaba a los concursantes a prepararse para transmitir emociones en sus actuaciones en clases realmente memorables. Además, los domingos organizaba clases de interpretación grupales que eran una fantasía. Se basaban en escenas escritas por ella y, cada semana sin falta, nada más empezar avisaba a sus concursantes que lo había escrito deprisa y corriendo la noche anterior, que no eran gran cosa. Pero el caso es que eran escenas muy bien escritas, entretenidas, con gracia y con ese oído para captar el hablar de la gente y recrearlo en unos diálogos llenos de verdad y vida que sólo tienen personas con una asombrosa capacidad para inventarse y contar historias. 

He recordado esas escenas al leer Ana ha besado a otro, la primera novela de Abril Zamora, editada por Ediciones B, que he disfrutado muchísimo. Es un libro muy divertido escrito con un estilo directo y fresco, muy coloquial. La narradora omnisciente apela continuamente al lector, en pasajes como estos: tampoco te esperes una abducción o un accidente, lo que le va a pasar es lo del beso. Para ti es una cosa sencilla, pero para ella, que es la hostia de aburrida, pues no”, o “¿sabes eso que dicen de que la fiesta a la que no quieres ir puede ser la mejor de tu vida? Pues no, no era el caso”. Así que al leer el libro el lector siente que la autora le está contando la historia a él entre caña y caña, en una charla de amigos. 

Tiene este libro, ya digo, muy divertido, muy moderno y actual, porque capta muy bien el tiempo presente y la sociedad en la que vivimos, un aire muy desenfadado que lo hace irresistible. Hay un capítulo en el que la narradora nos cuenta lo que le gusta y lo que no a la protagonista que resuena a la mejor Nora Ephron, con esa ligereza inteligente y libérrima de la también escritora y guionista. Como en su caso, se nota para bien en Abril Zamora que estamos ante una mujer acostumbrada a escribir historias para el cine y la televisión. Los diálogos son de lo mejor del libro. Vería sin dudar y posiblemente haciendo una maratón una serie basada en esta obra. 

La Ana del título es Ana Luisa Borés, la protagonista de la novela. Es una treinteañera normal con una vida no demasiado apasionante, sin grandes ambiciones, que trabaja de camarera y también de monitora de gimnasia de un grupo de mujeres mayores. Vive con su chico, Guille. Todo parece ir bien en su vida. Un tanto aburrida, pero una buena vida, al fin. Esa apariencia apacible se desbarata cuando se besa con un chico en una fiesta. La cosa no pasa a mayores, pero para ella sí es algo importante, por más que su amiga Bea le intente hacer ver que un beso es sólo un beso. El libro aborda entonces cuestiones como la fidelidad, la amistad femenina, el sexo, la insatisfacción vital que es un poco el sello de nuestro tiempo, las ilusiones, los anhelos, los roles en las parejas… 

El personaje de Ana, que a veces se juzga demasiado severamente a ella misma, que es tan caótica como cualquiera, que hace lo que puede y se monta películas de más, un poco como cualquiera hoy en día, es realmente entrañable. Especialmente, cuanto más perdida se presenta. También es estupendo el personaje de Diana, amiga de la protagonista, que es una mujer trans cuya historia se irá contando poco a poco a medida que avanza la obra. Es sin duda de lo mejor del libro. Por cierto, en los agradecimientos, la autora se acuerda de todos los chicos que “sabiéndolo o no, pulsaron en mí la tecla de la ñoñería”. Abril Zamora da, desde luego, con la tecla en esta tierna, divertida, libérrima y romántica novela, ojalá la primera de muchas. 

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