La sentencia

 


La sentencia, el libro de Benito González García editado por la Editorial Áltera, tiene todo lo que se le puede pedir a una gran novela histórica: aventuras, un amplio grupo de personajes, muchas emociones, una evolución intensa a lo largo de sus páginas, vocación didáctica de la época en la que está ambientada la historia... Es un libro maravilloso que nos recuerda por qué las buenas novelas históricas son irresistibles. 700 páginas tiene el libro, una extensión un tanto intimidante al comienzo, pero que se hace corto al final. 


El libro, con el que el autor ganó el X Premio Hipania de novela histórica, está ambientada en el año 1600 después de Cristo. En la sierra salmantina, las tropas de la Inquisición combaten contra un grupo que defiende a los judíos conversos que mantienen clandestinamente su identidad y su verdadera fe. La Inquisición combate contra ellos y, claro, contra las brujas, que venía a ser cualquier mujer que no cumpliera el rígido papel que la sociedad de la época reservaba para ellos. 


Uno de los muchos ciertos de la novela es que es una obra coral con muchos personajes que se van presentando poco a poco. Son personas que representan a todos los estamentos de la época, desde el obispo de Salamanca hasta el inquisidor general, pasando por una madre superiora, un soldado de la Inquisición, un monje o un grupo de mujeres humildes cuyas vidas quedan desgarradas por la violencia y el fanatismo


La novela está muy bien narrada, con capítulos cortos que tienen siempre finales abiertos que dejan al lector con ansias de saber qué ocurrirá. El autor alterna capítulos dedicados a los distintos personajes y subtramas, que terminarán entrecruzándose, como mandan los cánones del género. Otro de los puntos fuertes de las buenas novelas históricas como La sentencia es que se acercan al modo de vida de la gente corriente, no sólo de los poderosos. Quedan de manifiesto así las brutales desigualdades sociales. También se pone en valor la solidaridad y la generosidad que surge en la buena gente en los peores momentos, pero también la miseria y la maldad. 


La sentencia, en fin, es una novela extraordinaria altamente recomendable para quien, como yo, disfrute de novelas históricas largas y apasionantes que terminan haciéndose cortas y que permiten viajar atrás en el tiempo

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