El banquero anarquista y otros cuentos de raciocinio

 

El banquero anarquista y otros cuentos del raciocinio, el libro de Pessoa editado por Alianza editorial con traducción y epílogo de Miguel Ángel Viqueira, que compré en la Librería Bertrand de Lisboa, la más antigua del mundo, reúne tres características que me suelen atraer mucho en un libro. Es una obra de relatos, un género que me gusta mucho porque suele concentrar la literatura en su forma más pura, por la capacidad de los relatos de contener mundos enteros en unas pocas páginas. Además, es un libro de investigaciones de casos sin resolver, que también me suele entretener. Por último, forma parte de un categoría de libros que me atraen especialmente, el de las obras de autores que están un poco fuera de sitio, en disciplinas que no son las que más han cultivado o por las que más conocidos son. En este caso, lo que más se conoce y valora de Pessoa es su poesía, aunque también fue crítico literario, ensayista y dramaturgo. Aquí, en esta obra que reúne relatos en su mayoría póstumos e inacabados, conocemos a un Pessoa diferente. 


El libro incluye una cita de Pessoa en la que queda clara la querencia del autor portugués por las novelas policíacas, ya que dijo que “una de las pocas diversiones intelectuales que aún le queda a lo que aún queda de intelectual en la humanidad es la lectura de novelas policíacas”. Yo diría que no llego a tanto en mi afición por este tipo de relatos, pero es cierto que resulta muy sugerente seguir el juego que plantea un autor, dosificando las pistas, despistando al lector y proponiéndole investigar a la vez que el detective de turno los casos que se plantean en el libro. 

El banquero anarquista, el único que no estaba inédito a la muerte de Pessoa, es una conversación en la que un banquero argumenta que él es genuinamente anarquista, a pesar de su profesión y de su nivel de vida. Es un ejemplo de cómo se puede retorcer una idea con palabras, una sátira dialéctica realmente entretenida. Este hombre defiende el anarquismo como la rebelión contra todas las convenciones y fórmulas sociales, que presenta como ficciones. Para él, carece de importancia ser rico o pobre, de una religión u otra. Hay que liberarse de todas esas ficciones y resulta que el modo en el que lo consigue a título individual es enriqueciéndose. 

En Una cena muy original, el único relato junto al anterior que el autor pudo concluir en vida, una discusión sobre el arte culinario deriva en una misteriosa invitación a una cena por parte del presidente de la Sociedad Gastronómica de Berlín  con final bien extraño. Es una lástima el tufillo racista del relato, igual que hay algún que otro tic machista en otras narraciones. 

Tal vez el mejor de los relatos incluidos en la obra, al menos el que más he disfrutado, sea El robo de la Finca de las Viñas. Es un caso clásico de investigación detectivesca de lo que parece un robo perfecto. El relato incluye  las deducciones para resolver el caso, el planteamiento de los hechos y los personajes, con un original cambio de narradores.

También es muy interesante Tres categorías de inteligencia, que es un fragmento de un relato inacabado. Se reflexiona sobre la inteligencia científica, la filosófica y la crítica. Escribe el autor que no hay hechos, sólo prejuicios, y cuenta que cuando vemos una mesa, en realidad, lo que vemos es una forma que en determinada civilización donde existe ese objeto se asocia con una mesa.  “La realidad es una convención orgánica, un contrato sensual entre todos los entes con sentido”, leemos. “El razonador nunca cree que la razón pueda ser sustancialmente irracional, en razonador no admite lo irracional como elemento positivo”, cuenta un poco más allá en este relato lleno de ideas originales. 

El libro concluye con tres fragmentos inacabados: La carta mágica, El arte de razonar y Un paranoico juicioso, que siguen reflexionando sobre esa idea de los cuentos de raciocinio que tanto apreciaba Pessoa. 

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