Fuera de juego

 

Di con Hors d’atteinte ? por pura casualidad en la zona dedicada a literatura internacional en otros idiomas de la magnífica librería Cálamo en Zaragoza. El libro, traducido en España como Fuera de juego, fue una de las primeras novelas publicadas por Emmanuel Carrère. He leído casi todas sus obras de no ficción, con las que el autor francés ha alcanzado su mayor reconocimiento desde que en 1999 publicó El adversario, pero ninguna novela de ficción pura. Tras leer este libro, me siguen gustando más sus últimas obras, las que se centran en la no ficción, pero no por ello dejo de apreciar puntos de interés en esta curiosa novela.

Para empezar, el estilo del escritor francés ya es en cierta forma reconocible en esta novela. Aunque es una historia más canónica. más clásica, una novela pura, la narración tiene ese tono reflexivo tan característico de las obras de Carrère, que le da mucha importancia a la psicología de los personajes. También su estilo directo. Sobre todo, ahonda en la personalidad de su protagonista, Frédérique, de la que el autor hace un retrato con una gran carga de profundidad. Es una profesora separada, aunque de cuando en cuando sigue quedando con su ex y padre de su hijo, que lleva una vida cotidiana. Cines alguna noche, cenas con amigos, alguna que otra cita. Una vida normal.

Por casualidad, la protagonista entra una noche en un casino con su hermana, su ex y su cuñado. El típico plan divertido para terminar una noche en buena compañía. Nada serio. Pero resulta que algo en la ruleta fascina y trastoca a Frédérique. De pronto, encuentra en ella toda la aventura, la adrenalina y la emoción de las que carece su vida cotidiana, que le empieza a parecer gris, aburrida, terriblemente convencional. No es que le falte nada, no tiene problemas económicos ni sufre los problemas de la clase baja. Ella, burguesía pata negra, típica persona de profesiones liberales con gustos culturales más o menos refinados, se siente de golpe vacía y cree que en el juego encontrará su redención, algo que le saque del tedio.

Desde ese momento, la protagonista descuida su vida y se entrega por completo a la suerte, deja la vida en manos de la ruleta y de sus cada vez más frecuentes visitas a casinos de toda Francia. Es muy fuerte en ella la tentación de romper con todo, aunque eso le lleve a engañar a todo el mundo. El autor retrata a la perfección esa dualidad, esa contradicción que experimenta la protagonista, quien por un lado se siente libre, aunque en realidad esté encadenada; quien cree que ha encontrado al fin eso que andaba buscando sin saberlo para mejorar su vida, pero que en realidad emprende una peligrosa senda de autodestrucción.

La novela tiene exactamente 37 capítulos, justo los números que tiene la ruleta. Hay varios guiños a los números, a las cábalas y las supersticiones de los jugadores que buscan una lógica al puro azar. La protagonista, por ejemplo, empieza jugando todo al 36, porque es su edad. Ésa es la edad que cumpliré en unos días, lo cual no deja de ser una casualidad, como el hecho de que haya leído precisamente ahora esta novela que se publicó en 1988 y que el autor empezó a escribir un año antes, precisamente el año en que nací. Casualidades de la literatura. 

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