Stonewall, el camino al Orgullo Gay

 

Lo más emocionante de Stonewall, el camino al Orgullo Gay, el documental sobre el origen del Orgullo y del movimiento LGTBI que puede verse en Filmin, es escuchar testimonios de personas que estuvieron allí. Sabemos que todo comenzó en las revueltas en ese bar neoyorquino cuando personas LGTBI, con el liderazgo de personas trans, se hartaron del constante hostigamiento de la policía y dijeron basta. Allí empezó todo el 28 de junio de 1969. Quienes hoy marchamos en manifestaciones del Orgullo en todo el mundo continuamos la historia que esas valientes personas comenzaron, recorremos el camino que ellas nos abrieron. Sabemos que todo empezó ahí y emociona mucho escuchar hablar a quienes estuvieron allí, a quienes saben cómo se vivieron aquellas horas  sin la certeza de saber que estaban haciendo historia, pero sí con la intuición de que algo estaba cambiando para siempre


El documental, de Mathilde Fassin, da voz a personas LGTBI que vivieron en aquel Nueva York del comienzo del movimiento por la defensa de sus derechos, de nuestros derechos. Relatan el miedo constante y la soledad. Hablan de expulsiones de la universidad en algunas ciudades del país sólo por ser homosexuales. Muchas de las personas que cuentan su experiencia en el documental procedían de otras partes del país que decidieron ir a Nueva York buscando refugio, el relativo oasis que la gran ciudad suponía para las personas no normativas. En cierta forma lo era, sí, pero la policía reprimía y perseguía a las personas LGTBI, al tiempo que había matones que iban al Greenwich Village, zona de locales amigables para la comunidad, porque sabían que ahí podrían encontrar gente a la que dar palizas. 

También se habla de las asociaciones en defensa de los derechos LGTBI antes de Stonewall, porque todo cambió aquella noche, pero no todo empezó de verdad ahí. Había grupos algo conservadores que sólo buscaban que se aceptara la homosexualidad, que se tolerara sin grandes alardes, digamos. Luego había personas más combativas, que no aceptaban esa forma de ser perdonados por la heteronormatividad cuando había miles de detenidos por fomentar la homosexualidad, como si fuera algo horrible. 

Los medios de comunicación, tan importantes siempre, no estuvieron en su mayoría a la altura de los acontecimientos, no supieron estar en el lugar correcto de la historia. Predominaban las noticias condescendientes en los medios, que tampoco comprendieron el alcance de lo que pasó aquella noche en Stonewall. Hubo titulares que habían juegos de palabras homófobos para contar aquellos altercados. Hubo una honrosa excepción, la revista Village Voice, un semanario cuyas oficinas estaban justo enfrente del local y que contaron desde el inicio lo que allí ocurría dándole la importancia que tenía y poniéndose del lado de los derechos LGTBI, es decir, de los Derechos Humanos. 

El documental también muestra cómo se organizaron las personas que participaron en aquellas revueltas, cómo se supo utilizar esa energía para crear un movimiento. Se creó el Frente de Liberación Gay y, de él, surgieron después distintas asociaciones. Por cierto, obviamente, desde el inicio hubo apoyo y sinergias con el movimiento feminista y con el de liberación de las personas negras, entre otras razones, porque compartían enemigo, igual que ahora. En una de esas primeras asambleas, cuenta una mujer que estuvo allí, una lesbiana dijo que un día le gustaría poder casarse, ante lo que todos los presentes, personas LGTBI o comprometidas con la causa, se rieron, porque eran incapaces de imaginar semejante avance. Con el paso del tiempo y gracias a su ejemplo y su lucha, llegaron éste y otros derechos. Un año después de las revueltas de Stonewall se celebró la primera marcha del Orgullo, a la que asistieron 6.000 o quizá 10.000 personas. Hoy millones de personas en todo el mundo acuden a marchas del Orgullo para celebrar todo lo conseguido, reivindicar todo lo que queda por conseguir e impedir los retrocesos que algunos tipos rancios y amargados defienden muy envalentonados con inquietantes discursos del odio. 

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