Holy Spider

 

Que una película cuente una historia real seria o aborde una cuestión de actualidad relevante no la convierte automáticamente en una buena película. Hay muchas malas películas que parten de muy buenas intenciones. Una cosa es el tema de fondo y otra la forma en la que éste se cuenta. Y qué fantástico es cuando fondo y forma van de la mano, cuando un filme narra algo importante y lo hace además de forma admirable. Es el caso de Holy Spider, de Ali Abbasi, que es una película extraordinaria, con un ritmo asombroso, realmente impresionante, y que además cuenta algo importante desde un planteamiento muy valiente. 

Impacta que se trate de una película basada en hechos reales, la oleada de asesinatos de mujeres que se dedicaban a la prostitución en la ciudad santa de Mashhad en 2001 y el papel clave para esclarecer los hechos de una periodista que se jugó la vida en la investigación de los crímenes. También conmocionan las repercusiones que su presencia en el filme ha tenido para su actriz protagonista, Zar Amir-Ebrahimi, quien hace una interpretación soberbia y que ganó el premio a mejor actriz en el festival de Cannes. Tuvo que huir de Irán hacia Francia, ya que en su país está condenada a diez años de cárcel y 90 latigazos. 

Desde luego, impacta aún más por la valentía y el compromiso de una película como ésta que llega en plena oleada de protestas contra el fanático patriarcado imperante en Irán tras la muerte de Masha Amini, una joven que falleció bajo custodia policial tras haber sido detenida por la policía de la moral de aquel país por llevar mal colocado el velo. Ese patriarcado asfixiante, ese fanatismo religioso alocado que condena a las mujeres a ser ciudadanas de segunda, se muestra con toda su crudeza en Holy Spider. El título del filme hace alusión a cómo se conoció en los periódicos al asesino en serie, la araña asesina, a quien no pocos veían como un héroe que limpiaba de corrupción y degradación las calles de la ciudad. 

Lo que se cuenta en la película es horrible, espantoso, y el director no oculta ese horror. Hay escenas terribles que muestran la frialdad y el fanatismo ciego del asesino. La película, de 117 minutos de duración, tiene un ritmo envidiable. No hay ningún plano, ninguna conversación, absolutamente nada en el metraje que sobre. Es un auténtico ejemplo de cómo contar bien una historia. La película está llena de aciertos narrativos, como mostrar las imágenes de la vida cotidiana del asesino, que no tiene duda alguna de estar haciendo lo correcto por mandato de dios. También el personaje de la periodista que investiga el caso, una mujer fuerte que combate la dejadez de las autoridades locales, que hacen un poco el paripé, pero a quienes en realidad no parece preocupar demasiado que alguien haya decidido empezar a asesinar a prostitutas. 

Quizá lo más estremecedor de la película, más allá, claro, de los asesinatos en sí, sea la reacción de una parte de la población, que no cree que ese hombre esté cometiendo un delito, sino que está haciendo lo correcto al poner a esas mujeres perdidas en su lugar y al limpiar las calles de la ciudad santa de Mashhad. Es muy impactante y muestra claramente el daño espantoso que el fanatismo islámico que gobierna en Irán provoca en sus ciudadanos, en particular, en las mujeres. La película, dolorosamente realista, muy nocturna, ya digo, con un ritmo impresionante, conjuga fondo y forma, compromiso social y calidad cinematográfica. Una película importante y necesaria. Una gran película. 

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