Voy a pasármelo bien

 

No era consciente de cuántas canciones de Hombres G conocía hasta que he visto Voy a pasármelo bien, la comedia musical de David Serrano que ahora puede verse en Amazon. La película, que tiene las canciones de ese grupo como hilo conductor, cuenta una historia amable. Es de esas cintas que sólo aspiran, nada menos, a entretener y hacer pasar un buen rato, a hacer sonreír y animar al espectador, a disfrutar. Nada más. Nada menos. Eso es mucho y lo logra de largo esta cinta que creo que es el perfecto ejemplo de que el cine más comercial o mainstream ni tiene por qué ser de poca calidad o descuidado. 
Todo en Voy a pasármelo bien funciona como un reloj. Los amantes del género musical alucinarán con las coreografías y los números musicales por las calles de Salamanca, muy cuidados, realmente sorprendentes. Quienes tengan más problemas para tolerar los musicales deberían también darle una oportunidad, porque en el fondo esta película habla del amor, de cómo nos marca la infancia, de los recuerdos. La película transcurre en dos tiempos. En el presente narrativo David (Raúl Arévalo) recibe un mensaje de Layla (Karla Souza) treinta años después de la última vez en la que se vieron, entonces jóvenes preadolescentes. Ahora ella es una exitosa directora de cine que regresará a Salamanca para recibir un homenaje en la Seminci, lo que dará pie a un reencuentro con su pandilla del colegio de entonces, que es el otro tiempo narrativo, el grueso de la historia. 

En el pasado, el elenco de los chavales que dan vida a los protagonistas de la historia muestran una frescura fuera de lo común: Izán Fernández, Renata Hermida, Rodrigo Gibaja y Michel Herráiz bordan sus papeles y construyen con su química y su desparpajo un canto a la amistad adolescente en los 90, cuando escuchamos constantemente expresiones como te sales minerales; Agu Ben Hur; Ya te digo, Rodrigo; Date el piro, vampiro; ¿Cómo andamios? y tantas otras. 

La película, ya digo, es encantadora, de esas altamente recomendables si lo que quieres es sonreír y pasar un buen rato. La afición de David y Layla por las canciones de Hombres G, grupo al que defienden a capa y espada contra las críticas de quienes dicen que son pijos, es el pretexto para que suenen muchas de sus canciones, tanto en el pasado como en el presente, porque el grupo de amigos, que continúa quedando cada semana tres décadas después, se sigue viniendo arriba con algunos de sus temas. Voy a pasármelo bien conquista por la frescura de los jóvenes, por la inocencia y ternura con la que se cuenta la historia, por lo bien conectados que están los personajes de niños con los intérpretes que les dan vida en el presente (además de Raúl Arévalo y Karla Souza, Dani Rovira, Raúl Jiménez y Jorge Usón) y, en definitiva, porque a quién no le va a gustar un musical amable para toda la familia que habla del primer amor y de las amistades adolescentes que perduran toda la vida. 

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