La biblioteca de los libros rechazados

 

Una película francesa que va de libros. No necesito nada más para entrar de cabeza en La biblioteca de los libros rechazados, de Rémi Bezançon, que se encuentra en Filmin. 101 minutos después, pienso que la película es realmente entretenida y constato que, en efecto, un filme francés que va de libro me resultará siempre irresistible. Es una película de intriga libresca, una historia detectivesca que no investiga ningún crimen, sino la autoría de un libro enontrado por azar en una biblioteca en la región de la Bretaña donde se conservan manuscritos rechazados por las editoriales. 
La película, que tuvo un gran éxito de taquilla en Francia cuando se estrenó hace unos años, es encantadora. La historia comienza cuando una joven editora encuentra por azar el manuscrito de un libro extraordinario, lleno de sensibilidad, que firma un pizzero fallecido dos años antes, Henri Pick, a quien su esposa y su hija no habían visto escribir ni leer jamás. El libro es editado y, en parte gracias a esa historia tan novelesca que hay detrás del hallazgo del manuscrito, es todo un éxito.

Un crítico algo cínico y enfadado con el mundo, a quien interpreta de forma excelsa Fabrice Luchini, cuestiona la autoría de la obra. No concibe que alguien así pudiera escribir semejante novela, así que emprende una investigación para desmontar la historia de la editorial. Comienza entonces una película detectivesca en la que el crítico buscará cartas o algún otro escrito del supuesto autor del libro, se empapará de la historia de la literatura rusa (porque la obra parece escrita por alguien experto en ese país) y se acercará a la hija de Henri Pick (magnífica Camille Cottin), quien en el fondo tampoco se termina de creer que su padre escribiera ese libro. 

La película es muy divertida. Juega con las miserias del mundo editorial, esas estrategias de marketing que impulsan las ventas de los libros. También muestra en cierta forma el contraste entre el crítico culto y algo engreído de París y la familia de provincias del supuesto autor del libro. Hay también un cierto coqueteo entre el crítico y la hija del autor, que creo que es lo más flojo de la cinta. En todo caso, ya digo, es muy entretenida, porque la investigación sigue todos los cánones del género. Hay algunos diálogos delirantes y, aunque la resolución es un poco simplona, vale de verdad la pena. Así que, sí, una película francesa que va de libros, siempre, siempre, siempre vale la pena. 

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