Un país para leerlo


Desde ayer, Página Dos, el estupendo programa de libros dirigido y presentado por Óscar López, está menos solo. Llegan refuerzos. Y qué refuerzos. La 2 estrenó Un país para leerlo, que se emitirá los viernes a las 19:30 y en el que cada semana el poeta Mario Obrero visitará una ciudad y su mundo literario. No eligieron mal el lugar del estreno: Granada. La llegada de este nuevo programa es una gran noticia para todos los que creemos que los libros también deben tener espacio en la televisión y que hablar de libros es también hablar de la vida y, por supuesto, viajar, como hace este programa. Porque somos muchos los que no concebimos visitar una ciudad sin conocer algunas de sus librerías, casas museos de escritores o rincones importantes en la vida de poetas o autores que nacieron o vivieron allí. 

El primer programa me encantó. Comenzó, como no podía ser de otra forma, con una cita de Lorca en la que el genial e inmortal poeta granadino afirmaba: “¡Libros! ¡Libros! He aquí una palabra mágica que equivale a decir amor, amor”. Naturalmente, Lorca estuvo muy presente en el programa de ayer, que visitó la Fundación Federico García Lorca, un edifico primoroso abierto a la ciudad y con distintos espacios dedicados a la cultura. El corazón del edificio es el archivo del poeta y dramaturgo, en el que se encuentra su correspondencia, como la carta que Lorca envió a sus padres en respuesta a un requerimiento de esto de volverse de Madrid tras el fracaso del estreno de su primera obra teatral. “A mí ya no me podéis cambiar. Yo he nacido poeta y artista, como el que nace cojo, coamo el que nace ciego, como el que nace guapo. Dejadme las alas en su sitio, porque yo os respondo que volaré bien”. 

Mario Obrero, que transmite su pasión por la literatura y una mirada abierta y llena de curiosidad, que entrevista escuchando y dando espacio a quien tiene enfrente, también charla en el programa con la joven poeta Rosa Berbel y con Luis García Montero. Además, en RTVE Play se puede ver la entrevista íntegra con éste último, my recomendable. El libro se completa con recomendaciones de lectores y de escritores y también con la visita a espacios culturales que promueven la lectura, como la librería Sostiene Pereira o la asociación Entre Libros, que lleva la literatura allí donde más falta hace.  

Un país para leerlo es un programa para disfrutarlo y también para verlo con papel y lápiz, o con la hoja de notas del móvil abierta, para tomar nota de los lugares visitados y de más frases escuchadas. Uno de los responsables de la asociación Entre Libros dice que llevar la lectura a lugares como hospitales o cárceles hace el mundo un poco mejor. Programas como éste, sin duda, también, porque celebran lo mejor de la vida, porque permiten ir más allá del día a día, hacer un viaje literario a través de la televisión, porque la televisión puede también lograr eso, no es un invento hecho para embrutecer o envilecer, aunque tantas veces lo parezca

Es muy de agradecer que la televisión pública apueste por contenidos así. Solemos lamentar que la cultura tiene demasiado poco espacio en televisión, en los medios en general, pero es cierto sólo a medias. Desde luego, las televisiones privadas pasan muy de puntillas, como espantados, como si tuvieran alergia, por la cultura, pero ahí está la tele pública, en especial La 2, como maravillosa ventaja a documentales, películas, series y programas sosegados que permiten escapar del griterío y de la nadería imperante. Quedan refugios y llegan otros nuevos. Ayer Un país para leerlo tuvo una audiencia del 1,7%, un total de 129.000 espectadores. Sin duda muchos de ellos volveremos puntuales a nuestra cita, como hacemos con Página Dos cada martes a las 19:45, y ojalá se sumen más. 

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