¿Qué es la literatura?

 

La Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Madrid, que terminó el 16 de mayo, es siempre una oportunidad excelente para dejarse sorprender y descubrir libros, pero no sólo, también carteles, postales y toda clase de documentos, que llamen la atención por su título, su antigüedad, su autor, su portada o cualquier otra razón. Es estupendo pasear con tiempo entre las casetas, sin un propósito concreto, sólo con el afán de encontrar obras escritas hace mucho tiempo, pero que parecen escritas para ti. Precisamente sobre esto, sobre la posibilidad de que un libro antiguo atraiga a lectores décadas después de su publicación, reflexionaba Fernando Lázaro Carreter en ¿Qué es la literatura?, un librito editado por la Universidad Menéndez Pelayo de Santander en 1976, que transcribe una conferencia del filólogo en aquel centro. Son apenas 40 páginas, pero es uno de esos encuentros casuales que me hacen amar como pocas cosas estas ferias de libros antiguos.

Un texto inactual, recluido en un estante, destinado a atravesar la historia sin cambiar, se hace de pronto actual porque así lo ha decidido un lector, pensando que el mensaje vale para su presente concretísimo”, dijo entonces Lázaro Carreter. Tal cual. Eso es exactamente lo que sucede cuando compramos un libro antiguo, pongamos por caso, de 1976. El autor comienza reconociendo que “raya en osadía, y lo sé, proponerse esta pregunta como tema de un discurso”. Más de cuatro décadas después de aquella charla, resultan muy estimulantes las ideas de quien llegó a ser director de la RAE entre 1992 y 1998. El autor intenta encontrar respuestas a tan compleja pregunta, porque busca ir más allá del planteamiento de Sapir, al que cita, quien dijo que “tendremos que emplear el término ‘literatura’ dando por supuesto que todos saben lo que significa”.

Contaba Lázaro Carreter en aquella conferencia que se apoyaba en los estudios semióticos de la época de Estados Unidos y la Unión Soviética, sobre todo, de este último país. De entrada, plantea una distinción entre lo estético y lo literario. Hay textos literarios en los que no hay belleza, cuenta. Descree del planteamiento de Aristóteles, quien dijo que la literatura es “arte que imita sólo con el lenguaje, en prosa o verso”. Piensa que la literatura va más allá, que es reduccionista entenderla sólo como una forma de belleza, que hay literatura realista, pero también fantástica, que imita al mundo, pero también que crea otros mundos. 

Otro aspecto clave para saber qué es literatura es el hecho de que no busca ser útil, tiene aspiraciones distintas a un simple documento en el que se persiga transmitir un mensaje. La literatura va más allá. En esta línea, cita a George Steiner, quien dijo que “la literatura es lenguaje liberado de su responsabilidad suprema de información (...); las responsabilidades supremas de la literatura, su razón de ser ontológica, se encuentran fuera de su utilidad inmediata y de su verificabilidad”.

Más factores para resolver la pregunta de qué es la literatura. En toda conversación hay un emisor y un receptor, además de un contexto y un mensaje. Pues bien, en la literatura, cuenta Lázaro Carreter, todo esto es un poco más complicado porque el escritor se dirige a receptores sin rostro, “muchos no han nacido”, y el interés de una obra literaria trasciende su tiempo y va más allá del país en cuyo idioma está escrita. Es decir, la literatura se dirige a “un receptor universal” en todos los sentidos: puede ser alguien que aún no haya ni siquiera nacido y puede ser de cualquier parte del mundo gracias a las traducciones.

El objetivo de cualquier comunicación, sea cual sea su medio, es que el mensaje llegue de forma nítida y clara del emisor al receptor. De nuevo, claro, en la literatura es algo diferente. Afirma el autor que la del arte es una comunicación sumamente delicada, porque es “propensa a malentendidos como ninguna”. Y, a diferencia de cualquier otro tipo de comunicación, esto no es un obstáculo para la literatura, incluso forma parte de su encanto.Cuántas veces nos hallamos con lectores entusiasmados con obras que obviamente no dicen lo que ellos creen entender”, explica. 

La conferencia, que por azares de la vida he podido leer ahora en este librito encontado entre otras muchas obras antiguas, concluye con otra idea atractiva. Sostiene Lázaro Carreter que no hay valor literario sin lector que lo aprecie como tal. Es decir, que el lector es inventor de la literatura. El escritor es su creador, por supuesto, pero sólo el lector con su mirada, su pensamiento y su interpretación del libro inventa realmente la literatura. Bendito invento este, benditas preguntas eternas como ésta de qué es literatura. 

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