Cuando tienes 17 años

 

"Nadie es serio a los 17 años, cuando hay tilos verdes en el paseo". Este verso de Rimbaud, el poeta adolescente por excelencia, da título a la película que un adolescente de más de 70 años, André Téchine, estrenó en 2016, y que muestra una historia sutil de pasión, deseos contenidos, sentimientos que se ocultan y miedos. Cuando tienes 17 años, que puede verse en Amazon Prime Video y en Filmin, es una película irregular, pero muy atractiva, por la forma en la que cuenta la historia, sin prisas, sin palabras de más, con miradas y gestos, con delicadeza. 

Damien (Kacey Mottel-Klein) y Tom (Corentin Fila) son dos compañeros de clase en el instituto. Sin razón aparente, no se dejan en paz. Discuten, se pelean, se insultan. Es una enemistad del todo irracional, en la que parece faltar alguna explicación, totalmente visceral. No se soportan, pero ese vínculo es muy fuerte. Se hacen daño, pero vuelven el uno al otro constantemente. 

Los dos son muy diferentes, como lo son sus respectivos entornos. Damien, hijo de un militar y de una médica (maravillosa Sandrine Kiberlain), tiene una familia más o menos acomodada y feliz. Su madre le lleva y le trae del colegio al instituto, mientras que Tom vive en las montañas y tiene que hacer un recorrido de hora y media para acudir a clase. Además, tiene que ayudar en la granja familiar. Cuando sus padres adoptivos conocen la noticia de que ella se ha quedado embarazada, la madre de Damien se ofrece para acoger a Tom en su casa una temporada, lo que desatará aún más esa explosiva relación entre ambos chavales. 

El verso de Rimbaud dice que nadie es serio a los 17 años, pero la realidad es que Tom sí quiere serlo y se da de golpes contra la pared por ello. Tiene miedo a que sus padres adoptivos lo dejen de lado, "ahora que tendrán un hijo de verdad". La madre de Damien, por cierto, le responde algo estupendo cuando comparte con ella este temor: "no hay ningún hijo que no sea de verdad". A Tom no le va bien en el instituto, sufre por la situación familiar, parece siempre enfadado y pensativo. Hay una escena preciosa en la que ambos protagonistas estudian juntos y preparan un trabajo para la clase de literatura. 

Damien cuenta que desear procede del latín "desirat", que significa sentir la ausencia de algo. La película, que habla de muchas cosas, por momentos tal vez incluso de demasiadas, versa en el fondo sobre el deseo, esa ausencia de algo que nos atrae y sabemos que nos hará bien, pero que a la vez puede llegar a dar miedo, sobre todo, claro, si ese deseo no es normativo o lo que se espera de uno. Cuando tienes 17 años, en fin, es una película delicada y sosegada, algo irregular, pero realmente valiosa. 

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