Las apariencias

 

Tanto el cartel como la sinopsis de Las apariencias, la última película de Marc Fitoussi, dan a entender que estamos ante una peli de tarde sin excesivas pretensiones. Aunque hay alguna que otra solución narrativa y algún que otro plano que, en efecto, transita por ese territorio, la cinta alcanza un vuelo mayor del esperado, va más lejos de lo que aparenta. Queda la sensación de que podría haber sido aún más perturbadora y que podría haber sido un filme mejor, pero no deja por ello de ser una buena película, con aportaciones valiosas, como la demoledora crítica a la hipocresía burguesa, auténtico leitmotiv de la historia. 
Aparentemente, nunca mejor dicho, Eve y Henri son la viva imagen del éxito. Son un matrimonio feliz de franceses que viven en Viena. Ella trabaja en el Institut Français de la capital austriaca, mientras que él es un aclamado director de orquesta. Tiene un hijo, al que adoptaron en Guatelama, aunque su interés por conocer algo más de ese país es perfectamente descriptible. Ricos, guapos, con una vida desahogada, en la que la mayor preocupación es qué vestimenta eligen para el próximo compromiso social, como una cena con amigos en los que despellejan al primero que abandona el salón o al que no pudo acudir a la cita. Esa apariencia de pareja feliz no se ajusta a la realidad. Eve descubre que su marido le es infiel y entonces, más que sentirse disgustada por la infidelidad en sí, le preocupa que su estatus y esa imagen de pareja perfecta de éxito se vaya al garete. 

Comienza entonces una peripecia en la que Eve tendrá como prioridad romper la relación extramatrimonial de su esposo, pero no con el interés real de conservar su matrimonio, sino todo lo demás. Es muy reveladora la relación de la protagonista, por cierto, magnífica interpretación de Karin Viard, con su madre, que procede de otro nivel sociocultural y de la que abiertamente se avergüenza. El retrato de esta pareja burguesa insoportable, presa del qué dirán, es bastante contundente y desolador. Gente que vive en sus burbujas, con vidas falsas pero aparentes y muy vistosas, que quieren conservar por encima de todo, y que miran a todos alrededor como personas que están puestas en el mundo para ser su servicio

Hay un encuentro casual de Eve que dará un giro a la historia y le permitirá alcanzar sus mejores momentos, los que generan más intriga y desencadenan un cambio en la relación de los dos personajes. Aunque la película se va desinflando un poco y a pesar de una resolución un tanto de trazo grueso, su trasfondo es interesante, especialmente en una sociedad en la que el qué dirán y las apariencias marcan las vidas de muchas personas, no sólo millonarios que quieren mantener su estatus, también personas de toda clase que construyen una vida de mentira, basada en simples apariencias, en las redes sociales. 

Comentarios