“Las niñas” y “Antidisturbios” triunfan en los Feroz




La temporada de premios es ese momento del año en el que personas  que llevan años sin ver una película española, y posiblemente sin ir al cine en absoluto, se dedican a proclamar lo pésimo que es el cine español; en el que quienes sí vamos al cine aceptamos de buen grado que las películas compitan entre sí, como si fueran atletas que se disputan una carrera, y en el que en general nos parece bien o mal que la gente el cine hable de política o de otras cuestiones distintas a su profesión en función de su sus ideas son las mismas que las nuestras o no. Desde hace unos años, los premios Feroz suelen ser los más originales, divertidos y frescos de la temporada. A la espera de los Goya, que se celebrarán el sábado, los Feroz han mantenido este año el listón. 


No merecen los premios que entrega la crítica cinematográfica el ruido que les ha acompañado estos últimos días, desde que Victoria Abril aprovechó una rueda de prensa con motivo del Feroz de honor que se le ha concedido por su carrera para soltar, sin que nadie le preguntara por ello, sus teorías negacionistas sobre el coronavirus. La organización de los Feroz decidieron, con buen criterio, mantener el reconocimiento a la carrera de la actriz. Sé que hubo mucho debate y no faltará polémica, pero creo que han acertado manteniendo el reconocimiento y la entrega esta noche. Creo que los Feroz han dado un ejemplo de madurez, aceptando que se puede separar al artista de la obra y siendo adultos, es decir, admitiendo que el mundo es complejo y que alguien puede ser una enorme actriz y una mala ciudadana, por ejemplo. 


Tal y como está el patio, ya sólo que se le entregara el premio de forma civilizada, sin que eso signifique en ningún caso valorar sus bulos y su negacionismo, es algo por lo que felicitar a los organizadores. En su discurso, un buen discurso, Victoria Abril ha pedido perdón por ofender a quienes han perdido a sus seres queridos este último año. Los Feroz, insisto, han sido una especie de oasis, aunque seguro que el ruido no cesó en Twitter. Se agradece cuando, para variar, alguien es adulto y comprende que se puede elogiar a una actriz por su trabajo independientemente de lo que piense, o de lo poco que piense, como es el caso.


Dos de los mejores momentos de la gala los han protagonizado Asaari Bibang, que ha recordado lo mucho que queda por avanzar en la igualdad de todas las personas más allá de su color de piel en España, y Esty Quesada, que ha hecho humor al límite con Patria y el terrorismo de ETA de fondo. Han sido chistes arriesgados, muy al límite, pero ha sido un monólogo brillante. Otro recordatorio de la importancia de la madurez, la libertad de expresión y el hecho de que un chiste puede ofender o incluso desagradar a alguien sin que eso signifique que se deban prohibir o denunciar. 


Por su parte, Pilar Castro, la presentadora de la gala, ha estado más que correcta. Todo mejoró desde que se empezó a oír, porque tristemente no  pudimos escuchar el vídeo inicial en el que Pilar Castro hablaba por Zoom con varios intérpretes. Sus monólogos cumplieron el tono irreverente y atrevido que caracteriza a los Feroz.




En la categoría de cine, aunque muchas películas se llevaron premios, la gran triunfadora fue Pilar Romero y su delicada recreación de un colegio de monjas en Zaragoza en el año 1992. Una de esas películas sencillas en las que aparentemente no pasa nada, pero pasa todo, porque pasa la vida. Una delicia de película, que se llevó los premios a mejor guión, mejor dirección y mejor película dramática. La mejor película de comedia fue para La boda de Rosa, un premio que reconozco que me hizo especial ilusión, porque es una joyita. El mejor documental fue El año del descubrimiento, ambientado también en 1992. Una de las categorías más bonitas y necesarias de los Feroz es el que se da a la película que merecía un mejor recorrido comercial. Se lo llevó My Mexican Bretzel. 


En las categorías de interpretación, los galardones estuvieron mucho más repartidos. La mejor actriz de reparto fue Verónica Echegui por Explota, explota. El Feroz a mejor actor de reparto de película fue para Juan Diego Botto por Los Europeos; el de mejor actor protagonista, Mario Casas por No matarás, y el de mejor actriz, Patricia López Arnáiz por Ane.


Jordi Labanda ganó el Feroz al mejor cartel por la última película de Woody Allen, Rifkin’s Festival, y Javier Fesser y Rafa Martínez triunfaron por el trailer por Historias lamentables. La mejor música original fue la de Baby. 


En el apartado de las series, como se esperaba, triunfaron Antidisturbios y Patria. Antidisturbios  ganó en la categoría de mejor serie dramática y en la de mejor serie de comedia Vamos Juan. Por cierto, ambos galardones los entregó Loles León, que pide a gritos presentar la gala del próximo año.  El Feroz a mejor actriz de reparto de una serie de lo llevó Loreto Mauleón, por Patria, que recogió el premio muy emocionada, y el de mejor actor de reparto en una serie. Patrick Criado, por Antidisturbios. La enorme Elena Irureta fue reconocida como mejor actriz por Patria, premio que también ganó en los Forqué. Dedicó el premio a todos los que nos alegramos de que se lo den. Su trabajo en la serie es inmenso. En la categoría de mejor actor protagonista de una serie hubo un empate entre Hovik Keuchkerian, de Antidisturbios, y Eduard Fernandez, por 30 monedas. 

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