Gema


Desde que leí También esto pasará es rara la semana que pasa sin que le recomiende a alguien el libro de Milena Busquets. Es una obra extraordinaria, en la que la autora se despide de su madre, la editora y escritora Esther Tusquets, recordando todo lo que ella le aportó. El libro celebra la vida con una ligereza inteligente, un estilo deslumbrante, honesto, sincero y libre. Un prodigio. Seis años después, Busquets vuelve a publicar y eso es de por sí un acontecimiento para todos los lectores que guardamos con cariño aquella anterior obra. Regresa, de nuevo en Anagrama, con Gema, una novela que comparte algunos rasgos con También esto pasará, y que también es el recuerdo de una persona fallecida, en este caso, Gema, amiga de la infancia de la autora, que murió con 15 años. 
De nuevo, la muerte sirve para hablar de la vida. Una vez más, una pérdida da pie a la autora a reflexionar sobre lo que importa de verdad en la vida, pero escapando de toda solemnidad, con el mismo estilo ágil que la caracteriza, el que resulta hipnótico para el lector y ofrece algunas frases que son destellos  chispeantes. Cuenta la autora en un pasaje del libro que la frivolidad es un "formidable vehículo para la inteligencia y el humor". En Gema encontramos unas buenas dosis de frivolidad, entendida como ligereza inteligente. 

La autora intenta saber más sobre aquella compañera del colegio. Abre algo que llama, no sin ironía, una "investigación", aunque no hay mucho que investigar, sólo la fidelidad de sus recuerdos. ¿Se despidió o no de ella en el colegio? ¿Qué se dijeron? ¿La muerte de su amiga fue como imagina? Un encuentro casual con el restaurante que regentaban sus padres empujan a la autora a indagar sobre la vida de Gema. Al principio de la novela, que se alimenta de nuevo de lo real, que novela la vida, narra ese último encuentro con su amiga enferma, tal y como ella lo recuerda. "Nos comportamos como adultos, no dijimos nada de lo que pensábamos", cuenta. 

A medida que pregunta a distintas personas sobre Gema, la autora vive una relación amorosa que parece llegar a su fin y también habla, con gran ternura, de sus hijos. Varios de los mejores pasajes del libro son precisamente aquellos en los que habla de sus dos hijos, de sus pequeños gestos, sus aficiones, su relación. No cuenta nada excepcional, pero el gran valor de la literatura de Milena Busquets es encontrar lo extraordinario en la vida cotidiana. Es hermoso también cuando habla de su relación con Barcelona, su ciudad, que mejora cuando las calles se vacían en verano. "Todas mis relaciones eran de pareja, incluso la relación con mi ciudad", escribe. 

Pasión, ligereza y emoción en cada página hacen de Gema un muy atractivo regreso de Milena Busquets tras el fenómeno de También esto pasará. Ojalá no pase tanto tiempo para el próximo. Tarde lo que tarde, lo esperaremos con ilusión. 

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