Lectura fácil

Tenía a Lectura fácil, de Cristina Morales, en la lista de libros pendientes desde hacía tiempo, pero incluso si no fuera así habría terminado leyéndolo, tras la polémica despertada por la concesión del premio Nacional de Narrativa a la autora. No puedo evitarlo, obra que despierta polémica, obra a la que acudo de inmediato, no digamos ya si hay gente que la quiere censurar o que mezcla las opiniones políticas de su creador con los méritos de la novela, película o cualquier otra creación. Nada garantiza más que leeré un libro que ver a personas que no lo han leído atacar de forma furibunda a su autora por cuestiones que nada tienen que ver con la calidad de la obra, como si cualquier otra cosa fuera relevante cuando se habla, en este caso, del Premio Nacional de Narrativa, no del Nobel de la Paz o el Princesa de Asturias de la Concordia.


El caso es que esa polémica terminó de animarme a leer el libro, así que bienvenida sea. Lectura fácil es de esos libros de los que nunca sé bien qué decir en una crítica porque tengo la certeza de que, escriba lo que escriba, no estará ni remotamente a la altura de la obra. Es una novela radical en el fondo y en la forma, una novela provocadora, sin concesiones. Un libro de esos cuyas páginas te abrasan en las manos

Es radical en el fondo porque la cuestión tratada no es un tema precisamente habitual en la literatura ni en la ficción, en general. Habla, entre otras muchas cosas, de la sexualidad de las mujeres con discapacidad, del sistema asistencial, de cómo se gestiona la vida de estas personas en nuestras sociedad. Y no, no es un relato amable. No lo es, creo, para nadie. Desde luego, es una crítica demoledora al sistema, pero tampoco tengo claro que se vean bien retratados los antisistemas. Es una novela que agita a todo tipo de lectores. Además de la discapacidad habla del feminismo, de cierto buenismo y del propio sistema político (sin ahorrar críticas a Ada Colau y a las CUP). Por supuesto, no hace falta compartir la visión política de la autora ni de Nati, la más radical de las protagonistas, para disfrutar de la novela, aunque eso quizá nunca lleguen a entenderlo quienes se rasgaron las vestiduras por el Premio Nacional a Cristina Morales. 

La novela es radical también en la forma. Para que una novela funcione es vital que sean creíbles los distintos registros empleados, que no hable igual una jueza que una persona con discapacidad, en este caso. Pero aquí ese aspecto formal entra en otra dimensión, porque la novela está compuesta por distintas partes intercaladas: las actas de una asamblea de un grupo que planea la okupación de edificios, una novela que escribe Ángeles por WhastApp y las declaraciones de distintas personas ante un tribunal que juzga si debe esterilizar o no a Marga, otra de las cuatro mujeres con discapacidad sobre las que se articula la novela. 

El libro es poliédrico. y vale la pena aunque sólo sea por su maestría y atrevimiento formal, por cómo la autora da voz a tantas personas. Y cuando decimos dar voz decimos exactamente eso, construir una voz poderosa y personalísima para cada una de las protagonistas. Provocadora, en ocasiones; incómoda casi siempre; precisa en el aspecto formal, Lectura fácil es una de las novelas más osadas que recuerdo haber leído en mucho tiempo. Es atrevida en su planteamiento y en el modo en el que trata al lector. Dialoga con el presente, desde los márgenes del sistema, pero dentro del mismo y reconocido por él (Premio Herralde y Premio Nacional), lo cual no tengo claro si es una contradicción en sí misma para una obra de este tipo

Es todo lo contrario a una novela amable y, dependiendo de la sensibilidad del lector, hay pasajes complicados de leer. Pero eso, exactamente eso, es la literatura. Leyendo la obra pensaba que es muy difícil que una película, por ejemplo, llegue tan lejos como lo hace esta obra. Al menos, una película del circuito comercial, por decirlo de alguna forma, como ha terminado siendo esta novela editada por Anagrama. Y creo que eso habla muy bien de la literatura, en general, y del sector editorial español, en general. Porque las novelas deben poder hablar de todo, llevar las historias al límite, bordear todas las fronteras, atreverse en la forma y en el fondo. Y Lectura fácil, ya desde la elección de su título, lo hace. Indómita, subversiva, osada. Pura literatura. 

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