Correo literario

Todos los enamorados muestran una especie de talentillo temporal, pero, por desgracia, son raras las ocasiones, muy ratas, en las que este resiste un parón sentimental. Ewa, nos parece que es mejor estudiar química

"Mi novio dice que soy demasiado guapa para escribir buena poesía. ¿Qué piensan de los poemas que adjunto?" Creemos que es usted, efectivamente, una chica muy guapa. 

Es fundamental cambiar de bolígrafo. El que usted usa comete muchas faltas. Seguro que es extranjero

Cualquier cosa en este mundo se desgasta con el uso, excepto las reglas gramaticales. Utilícelas sin miedo, hay suficientes para todos. 

Alguien dijo que todos los enamorados son poetas. Pero probablemente es una exageración. Le deseamos todo tipo de éxitos en su vida personal. 

Son sólo cinco de las respuestas que la escritora polaca Wislawa Szymborska a aspirantes a escritores que enviaron al semanario Zycie literarckie (Vida literaria) sus primeros poemas, relatos o novelas, para pedir que fueron juzgados por un grupo de escritores, entre los que estaba la Premio Nobel. Sus respuestas, irónicas, divertidas, contundentes, magistrales, incluso, componen Correo literario, editado en España por Nórdica Libros


Alguna respuesta puede parecer incluso cruel, sobre todo, si se tiene en cuenta que las recibe alguien que se cree con talento literario y espera leer unas palabras de ánimo. Entre la ironía y el sarcasmo, el compendio de las respuestas es un muy gozoso entretenimiento, en el que por momentos cuesta contener las carcajadas, pero es también una forma divertida y ligera de acercarse a la forma de entender la literatura de Szymborska. Una parte importante de los textos versan sobre la poesía. Por ejemplo, a una joven de 19 años que envía unos versos, aparentemente, muy anticuados, le responde "¿no serán versos copiados del álbum de recuerdos de su bisabuela?" También critica la forma recurrente de retratar la primavera como sinónimo de belleza. 

Cuando le piden describir la poesía en una sola frase se queda con el aforismo de Carl Sandburg que dice que "la poesía es un diario escrito por un animal marino que vive en la tierra y que quiere volar por los aires". Poco después le explica a un aspirante a lector que "el mundo hay que volverlo a describir continuamente porque nunca es el de antes, aunque sólo sea porque antes no estábamos nosotros". Y, para redondear su visión de la literatura, afirma en otra respuesta que "en el día a día, no está mal si una lectura nos muestra el mundo bajo una luz diferente a la de nuestra sensibilidad y aunque sólo sea por un momento nos preocupa, nos sorprende, nos alegra". 

En otra de las cartas, la autora es interpelada directamente para que le den esperanzas de ser publicado o, si no, al menos recibir consuelo. "Tras la lectura de su texto, nos vemos obligados a elegir lo segundo. Así que ¡atención!, ahí van nuestras palabras de consuelo. Le espera a usted una vida fantástica, una vida de lector, y de lector de los mejores, de lector desinteresado; la vida de un amante de la literatura, un amante que será siempre el miembro más fuerte de la pareja, es decir, no el que tiene que conquistar, sino el que es conquistado. Leerá usted las cosas más diversas por el puro placer de leer", le responde. 

Hay dos reflexiones que aparecen en varias de las respuestas a los aspirantes a escritores. Una, sobre todo se puede escribir, que no hay detalle de la vida cotidiana que no sea susceptible de ser narrado de un modo especial, diferente ("incluso sobre el aburrimiento hay que escribir de forma apasionada". Y dos, hay que ser preciso y huir de las frases hechas. "En sus siguientes intentos literarios use las grandes palabras con la precisión de un boticario o, mejor aún, absténgase usted de usarlas hasta próximo aviso", leemos en un pasaje del libro. "De los textos que usted nos envía se deduce que el polaco tiene unas doscientas palabras, es decir, es la lengua menos desarrollada del mundo", le espeta a otro. Correo literario es, en fin, un librito encantador, repleto de ironía en cada página, y lleno también de destellos de lo que hace valiosa, única y difícil de crear la literatura. 

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