España vuelve a reinar en el baloncesto mundial


Trece años después, la selección española de baloncesto acaba de proclamarse campeona del mundo, tras ganar con autoridad en la final a Argentina. 20 puntos de renta en un partido en el que, a diferencia de la semifinal contra Australia, los de Sergio Scariolo no nos han hecho apenas sufrir. Desde el principio quedó claro que España era muy superior, que el partido iba a ser un recital del equipo, una victoria coral, en la que todos aportaron. Así ha sido. 15 de septiembre de 2019, un día histórico, otro más, para el baloncesto español. Un triunfo memorable y mucho más meritorio que cualquier otro conseguido antes por la selección, y hay unos cuantos, porque esta vez las bajas eran numerosas y porque España no contaba entre las favoritas de casi nadie. 

Pocos creían en las opciones de España en este Mundial, pero creían ellos en sí mismo y con eso ha sobrado para volver a hacer historia. El gen competitivo de este grupo, de la familia que se reúne cada verano para divertirse en canchas de todo el mundo, sigue ahí. Ricky Rubio, uno de los pilares de este equipo y MVP del Mundial, lo dijo con meridiana claridad al final de la semifinal ante Australia del viernes: puede que España tenga menos talento que otras veces, pero tiene el mismo corazón. Corazón, fuerza, cabeza, espíritu, alma, intensidad. Todo esto no se negocia y España ha asentado en esas cualidades, en el trabajo de equipo y en la entrega absoluta de todos por el bien común, su victoria en este Mubdial de China. Nos sienta bien Asia. En 2006 fue Japón y en 2019, China. 

La victoria de España ha sido un triunfo de equipo. Marc Gasol, que viene de ganar la NBA y de disputar más de 100 partidos, asumió el reto de estirar aún más la temporada, de quedarse sin verano, para liderar a España. No ha tenido un Mundial esplendoroso, pero sí ha contribuido siempre, ha ido de menos a más y ha tenido una parte final del torneo extraordinaria. Enorme también Sergio Llull, que hoy en la final ha vuelto a hacer de las suyas. Y los hermanos Hernangómez. Y Rudy Fernández, espléndido en el partido de hoy. Y Pierre Oriola, que hoy ha sido muy importante para la victoria en la final, por la decisión de Scariolo de ponerlo de titular para secar a Scola, la estrella argentina. 

Scola anotó su primer punto cuando quedaban tres minutos y medio para el final del tercer cuarto. Ha sido una de las claves del partido. Mientras que el jugador más fuerte de Argentina quedó anulado, España dio un recital de trabajo en equipo, una exhibición de todas las virtudes de este grupo. Ha sido el mejor partido de España, que pronto demostró que hoy no perderíamos tantos años de vida como en la agónica semifinal del viernes. Argentina, apoyada en Deck y en Laprovittola, no se dio por vencida e intentó la remontada, con una defensa muy intensa en el último cuarto, pero no tenían nada que hacer ante una imparable España. 

Scariolo, cuyos méritos en sus nueve años como seleccionador son estratosféricos y que ha sido decisivo en la capacidad de España de seguir en lo más alto tras renovarse casi por completo, ha tenido un buen detalle con jugadores que han tenido pocos minutos en el Mundial, como Rabaseda, pero que fueron fundamentales en la clasificación de España para este torneo en las ventanas clasificatorias. España ha ganado el Mundial, vuelve a reinar en el mundo del baloncesto. Sin Pau Gasol en el equipo, con sólo dos de los campeones de hace trece años en la plantilla, pero con la misma garra de siempre. Cuántas alegrías nos ha dado este equipo y qué ejemplo, ahora y siempre, para aplicar en la vida en general: los frutos que da el trabajo en equipo, lo lejos que se puede llegar avanzando todos juntos. ¡Gracias por tanto!

Comentarios