Aprovechategui

Como buen gobernante quizá no, pero sin duda Mariano Rajoy será recordado como recuperador de términos en vías de extinción. No hay que desdeñar la labor del presidente del gobierno por impedir que caigan en el olvido multitud de palabras tan viejunas como sonoras. Vale que Rajoy no ha pisado la RAE y que no se le ha visto en estreno teatral alguno, pero no conviene desdeñar su afán permanente por desplegar un vocabulario rico. De otra época, sí. Pero rico. Se podría dar el caso de que Rajoy intente comunicarse con un chaval joven de la España de hoy y la conversación se estanque en alguno de los términos del presidente, pero no deberíamos burlarnos de ello. Otra cosa no, pero vocabulario diverso y variado nadie podrá negarle al presidente que maneja con soltura. 


El último epíteto que Rajoy ha rescatado del olvido es aprovechategui, procedente del euskera. Se lo lanzó a Albert Rivera como llamó ruiz (por ruín) en su momento a Pedro Sánchez, en un acalorado debate televisivo. El presidente de Ciudadanos se quedó anonadado, como preguntándose qué le había llamado ese señor al que tanto detesta pero al que no ha parado de apoyar en los últimos años. Cuando alguien se lo tradujo se cabreó mucho, tanto que anunció en los pasillos del Congreso que dejaba de apoyar desde ya la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, porque el gobierno no está siendo lo suficientemente duro en esa región, dándole así la razón a Rajoy, porque este movimiento parece claramente destinado a sacar partido de una parte del voto de derechas que ve al presidente demasiado blando con los malvados independentistas catalanes. 

Aprovechategui es el último hallazgo de Rajoy, maravilloso, excepcional. Pero hay muchos más. Rigodón, vodevil, fruslerías, matute... El presidente del gobierno tal vez no haga demasiado para combatir la corrupción en su partido, puede que su falta de disposición a hacer política en Cataluña haya complicado mucho la crisis en aquella región, tal vez no es el gran líder que uno esperaría ante problemas serios. De acuerdo. Pero, ¿es que no vale de nada su labor de rescatar le castellano antiguo? ¿Es que nadie le va a valorar como es debido su vocabulario diverso e intergeneracional, ya que igual le puede entender un español del siglo XIX como uno del XXI (con diccionario a mano)?

Ciudadanos inspira especialmente a Rajoy. Puede que la debacle electoral del PP que anuncian las encuestas en manos del partido naranja tenga algo que ver. Pero, sinceramente, bienvenida sea la guerra del centro derecha español si nos sigue regalando un despliegue lingïístico tan asombroso. Hace unas semanas, cuando Rajoy arengaba a los miembros del PP, se puso a hablar, sin mencionarlo, del partido de Albert Rivera. Y fue glorioso. Les llamó "inexpertos lenguaraces que tantos consejos regalan". Antes había dicho de ellos que eran "adanes que creen que hasta que llegaron ellos no había nada". Se habla mucho de los lapsus de Rajoy, divertidísmos, es verdad, pero estaría bien que empezáramos a hacer justicia con su programa de recuperación de términos en riesgo de extinción. Aprovechategui, ahí queda eso. Hay que quererlo. 

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