El coraje y la sensatez de una madre

La noticia de la muerte de Gabriel Cruz, el niño desaparecido en Almería, ha conmocionado a todo el país. La pareja de su padre fue detenida ayer, cuando trasladaba el cuerpo sin vida de Gabriel en el maletero de su coche. Es inconcebible la violencia en cualquiera de sus formas, pero cuando se dirige contra un niño, resulta aún más insoportable. Nadie puede comprender un crimen así. Es demasiado duro. Demasiado terrible. Demasiado horrendo. La desaparición de Gabriel, a quien llamaban cariñosamente en su familia "el pescaíto", movilizó a cientos de personas, que colaboraron en las labores de búsqueda del niño, que acudieron a las concentraciones convocadas por sus familiares, que siguieron con el corazón encogido las novedades sobre esta desaparición, que concluyó ayer de la peor manera. Tras conocer ayer la muerte de Gabriel, sin embargo, no pocas personas lanzaron mensajes de odio y de rabia contra la asesina, al tiempo que otros tantos politizaron este execrable crimen, ya que los hay que no dejan pasar su oportunidad. 


Patricia Ramírez, la madre de Gabriel, ha dado una lección a todos esta mañana, llamando a Más de un uno, el programa de Carlos Alsina en Onda Cero. Destrozada, devastada por la muerte de su hijo, con un hilo de voz, la madre de Gabriel ha dado las gracias a todos los que han mostrado su solidaridad con la familia del niño. Y después ha pedido que cesen los mensajes de rabia, que no se hable de la presunta asesina de su hijo. Ejemplar. Admirable. Sensata, mucho más que cientos de personas que han compartido toda clase de salvajadas por redes sociales. 

"Esto ha servido para sacar lo más bonito de la gente. No puede acabar en palabras de rabia ni la cara de esa mujer. Que todo el mundo mande un pescado bonito con palabras bonitas. Esta mujer no se merece cobertura", ha dicho Ramírez. Extraordinario su coraje, su capacidad de imponer la sensatez, ella, que es la persona más legitimada para clamar venganza o compartir un sentimiento de rabia. Nada de eso quiere, porque "eso no es Gabriel ni soy yo", ha declarado. También ha pedido que nadie hable por ella, en alusión a mensajes que utilizan su imagen en redes sociales. 

En un momento así, el más doloroso de su vida, en el que ha perdido a su hijo, Patricia Ramírez ha mostrado su calidad humana, su sentido común, su bondad. Ha hablado de ella, de su dolor, pidiendo respeto, y también del padre de Gabriel, "que está destrozado". De nuevo, admirable y ejemplar esta mujer, que pide apoyo para su exmarido, cuya actual pareja es la presunta asesina de Gabriel. Cuánto deberíamos aprender todos de esta madre. Por ejemplo, los que se fijan en el color de piel de la presunta asesina de Gabriel para alimentar su racismo más repugnante. O para los que, aunque suene disparatado, también aprovechan este asesinato para criticar el feminismo, ya de paso, porque la presunta culpable de la muerte de Gabriel es una mujer. O, claro, quienes poco menos que culpan de este crimen a los partidos políticos que piden revocar la cadena perpetua revisable, como si la existencia de esta pena, que está vigente ahora en el Código Penal, hubiera evitado este asesinato. 

La desaparición de Gabriel sacó lo mejor de muchas personas, pero con su muerte ha salido lo peor. Por supuesto, la maldad incomprensible y vil de la presunta asesina. Pero también ese cinismo y esa frialdad con la que tantos están utilizando el asesinato de un niño para reforzar sus prejuicios o sus posiciones ideológicas. Son chusma, sin más. Pero siempre duele comprobar que hay tanta chusma. Por eso, las palabras de Patricia Ramírez esta mañana en la radio han sido tan alentadoras y ejemplares. Ella, que es quien ha perdido a su hijo, ofreciendo un ejemplo admirable en las peores circunstancias. Tomemos todos nota y descanse en paz Gabriel. 

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