Tierra firme

El Siglo de Oro es probablemente una de las épocas más apasionantes de la historia de España, fuente inagotable para novelistas y directores. Estos días se ha estrenado en Movistar La peste, serie centrada en aquel momento histórico, en el que llegaba a los puertos españoles el oro del otro lado del Atlántico, del recién descubierto nuevo mundo. Riquezas y recursos aparentemente infinitos que terminaron en parte, más o menos, donde acaban siempre en este país, es decir, en los bolsillos de corruptos que se aprovechan de su posición para esquilmar los bienes públicos

Aquella serie transcurre en Sevilla, puerto de destino de los barcos procedentes de América, mientras que la novela Tierra firme, la primera parte de la trilogía sobre el Siglo de Oro escrito por Matilde Asensi, está ambientada en el otro lado de la historia, en el nuevo mundo, las aguas en las que contrabandistas, piratas, malhechores y militares del imperio español combaten e intercambian mercancías, información privilegiada y estafas. 

En los últimos tiempos se ha reavivado un debate siempre abierto, por otra parte, sobre el papel de España en América. De un lado, quienes se quedan sólo con la parte mala de aquel periodo, los innegables excesos de los españoles (más invasores de unas civilizaciones que ya existían que descubridores de nada). Del otro, los que dicen que aquello no fue para tanto, que no hubo tanta violencia ni tanta imposición, y que queda la unión del español como idioma común de tantos millones de personas. Este libro de Matilde Asensi adopta una visión más crítica que complaciente sobre aquel periodo. No cae en el error de juzgar el tiempo pasado con la mirada de personas del presente, pero tampoco se acerca a aquella época con una mirada acrítica, consciente de que no fue oro todo lo que relucía. 


El gran acierto del libro es su personaje protagonista, una mujer brava, Catalina Solís, que viajaba hacia el nuevo mundo para contraer matrimonio con un hombre a quien no conocía, por un compromiso acordado por su tío, sin contar con su opinión. Sufre un abordaje y queda a la deriva en una isla desierta, pero rodeada de aguas frecuentadas por las embarcaciones españolas y por los piratas que las asaltan. En un momento del libro, la protagonista necesita adoptar una nueva personalidad, la de su hermano, Martín Nevares, y después seguirá evolucionando para sobrevivir

A través de los ojos de Catalina/Martín descubrimos ese nuevo mundo, esa miseria que casi siempre rodea a la riqueza, esas ambiciones ciegas, esa usura, esos trapicheos, esa corrupción. Pero también, claro, el amor, la lealtad, los compromisos con las personas a las que se quiere y que la salvaron en un momento crítico de su vida. Es una mujer fuerte, que no quiere renunciar a ser mujer, pero que también sabe que en ese mundo, en esa época, está viviendo experiencias vetadas a las mujeres. No es una historia nada convencional, no cae en amoríos ni tramas típicas. Es una novela que se lee con pasión, se devora, por el pulso narrativo de su autora, por su maestría a la hora de retratar aquella época y aquel mundo a través de la mirada de la protagonista. Y ese final, abierto, que deja con la miel en los labios a los lectores. Suerte que una buena amiga me regaló, por mediación de los Reyes Magos, la trilogía, así que puedo continuar con Venganza en Sevilla desde ya. El único pero que pondría a Tierra firme es que es algo tramposa en su parte final, jugando con el lector para añadir intriga. En todo caso, es una novela fabulosa que se acerca a una época apasionante, con sus luces y sus sombras, que deja al lector con ganas de seguir la vida de Catalina Solís.

Comentarios