Ayer conocimos los nominados a los Globos de Oro, con La forma del agua, de Guillermo del Toro; Los archivos del Pentágono, de Steven Spielberg; y Tres anuncios en las afueras, de Martin McDonagh, como máximas favoritas, al menos, por número de candidaturas. De las películas nominadas sólo dos se han estrenado ya en España, incluida la excepcional Dunkerque, así que no podemos hablar con criterio de estas nominaciones. Sí conocemos algo más las películas nominadas en los primeros premios cinematográficos de España que han dado a conocer sus candidatas: los Premios Feroz, que entrega la crítica especializada, y los Forqué, que dan los productores.
Lo primero que queda claro al ver las nominaciones a los Feroz, galardones que se han asentado en muy pocos años como una cita imprescindible en la temporada de premios, es que, un año más, la variedad del cine producido en España ha sido enorme. El autor, la brillante película de Manuel Martín Cuenca basada en una novela de Javier Cercas, parte como favorita en estos premios, con ocho nominaciones. Un filme desasosegante, inteligente, preciso, excepcional. De los que se recuerdan. De los que merecen, sin duda, recibir un impulso en taquilla gracias a los premios, porque en muchos casos los galardones, además de para reconocer el trabajo bien hecho, sirven para dar una segunda vida a las películas en las salas.
Desde luego, lo mismo merece Verano 1993, la joya de Carla Simón, quien echa manos de sus recuerdos, de su propia vida, para construir una historia deliciosa, la de una niña que tiene que empezar una nueva vida al perder a su madre. Es difícil ver tanta delicadeza y tanta verdad, en resumen, tanta vida, en una pantalla de cine. La película, elegida para representar a España en los Oscar, es encantadora, con momentos de enorme intensidad dramática. Una delicia. Seis nominaciones tienen Verónica, de Paco Plaza, una cinta de terror, y La llamada, la culminación de un fenómeno teatral que comenzó en el hall del Lara y que no ha parado de crecer. Una historia libérrima y muy loca, un canto a la libertad con el que los Javis (Javier Calvo y Javier Ambrossi) debutan en la pantalla grande.
El reparto de La llamada es, mayoritariamente, femenino, lo que se deja sentir en las nominaciones a mejor actriz de reparto, con tres intérpretes de la cinta (Anna Castillo, Belén Cuesta y Gracia Olayo) entre las nominadas. Optan a mejor actor protagonista Javier Gutiérrez (El autor), Santiago Alverú (por la peculiar y muy ácida Selfie). Javier Cámara (por la portentosa Fe de etarras, estrenada en Netflix), Andrés Gertudriz (Morir) y Antonio de la Torre, excelente siempre, también en su papel de marido crápula y opresor con doble personalidad en Abracadabra, la libérrima última cinta de Pablo Berger. Marián Álvarez (Morir), Laia Artigas (Verano 1993), Sandra Escacena (Verónica), Núria Prims (Incierta gloria), Nathalie Poza (No sé decir adiós) y Maribel Verdú (Abracadabra) competirán por el Feroz a mejor actriz protagonista.
En la categoría de mejor dirección, tanto de los Feroz como de los Premios Forqué, se verán las caras Isabel Coixet (por la delicada y hermosa La librería), Jon Garaño y Aitor Arregi (por Handia), Carla Simón (por Verano 1993) y Paco Plaza (por Verónica).
En el apartado televisivo, que también cubren los Feroz, las series más nominadas son La casa de papel, Sé quien eres y El Ministerio del tiempo. La primera no la he visto, aunque he leído críticas magníficas. De las otras dos sí puedo hablar. El trhiller de Telecinco es hipnótico, cautiva al espectador desde el primer capítulo y plantea dilemas éticos. Con un reparto en estado de gracia, es una de las series mejor hechas de los últimos tiempos. Y poco más se puede añadir de El Ministerio del tiempo: original, inteligente, didáctica, divertida. Una serie que se lo merece todo, incluida una cuarta temporada.
En los Premios Forqué, las dos cintas con más nominaciones son El autor y Verano 1993. En la categoría de mejor película se enfrentarán, por decir algo, Abracadabra; El autor, Handia, La librería y Verano 1993. En la categoría de mejor película latinoamericana parten como candidatas la mexicana Las hijas de abril, la uruguaya Mi mundial, la cubana Últimos días en La Habana, la chilena Una mujer fantástica y la argentina La cordillera, de Santiago Mitre. Esta última es la única de ellas que he visto. Una cinta política muy madura, con Ricardo Darín brillando (como siempre) y con una trama psicológica de gran poso. Una cinta magnífica, que continúa con aquella escenificación descarnada de la política universitaria que ofreció el director en El estudiante.
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