No tinc por

Barcelona acogerá mañana una multitudinaria manifestación contra el terrorismo, para gritar No tinc por, no porque no tengamos miedo de los fanáticos, sino porque es nuestra forma de combatirlo. Será una concentración a la que asistirán cientos de miles de personas y en la que estaremos desde la distancia millones. Y será una buena oportunidad para volver a reivindicar la unidad ante la barbarie, para renovar nuestros votos de amor por la bella y abierta Barcelona y, sobre todo, para dejar claro que somos más quienes ante un atentado sólo pensamos en acompañar a las víctimas y en el dolor que quienes pretenden politizar lo sucedido. Somos muchos más, aunque el ruido de las redes sociales a veces nos haga pensar que en este país no cabe ni un cretino más. 



Somos más, sí. A pesar de quienes han aprovechado el atentado para reforzar sus prejuicios, de los que han utilizado para masacre para hacer politiqueo de bajos vuelos, de los que parecen culpar del atentado a todo el mundo menos a los asesinos, de los que exhiben sin pudor su ignorancia, de quienes atacan a los musulmanes sin querer saber que ellos son mayoritariamente las víctimas de estos atentados. Somos más los que nos conmovemos con los gestos de solidaridad vividos en Barcelona desde el minuto uno. Hacen más ruido los imbéciles que intentan sacar partido de un ataque terrorista, los que lo utilizan para atacar a adversarios políticos, quedando retratados como lo que son. Pero son muchos menos. Sin duda. En Barcelona los ciudadanos abrieron sus casas para quienes se quedaran sin techo aquella noche, se atestaron los centros hospitalarios de personas que acudían a donar sangre, los taxistas hicieron servicios gratuitos para trasladar a los heridos, los médicos que estaban de vacaciones volvieron a sus puestos de trabajo, muchas personas auxiliaron en La Rambla a gente desconocida, hubo quien se jugó la vida para que un chaval no muriera solo en el asfalto. Y esas personas, no tengamos la menor duda, son mayoría, son muchas más. 

Indigna mucho ver a todas esas personas que ya dan por terminada la tregua de unidad del atentado, o que ni siquiera aceptaron esa tregua jamás. Por ejemplo, los que se preocupan más del idioma en el que informan los Mossos que de su excepcional labor (siempre en varios idiomas, por cierto). O quienes están tan enfermos de sectarismo que comparten fotos de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, preguntándose de qué se ríe, aunque la pregunta que hacen en realidad es "¿a que soy un ser despreciable sin el menor escrúpulo capaz de insinuar que una adversaria política se ríe de un atentado?" O aquellos que insultan y atacan a personas musulmanas, en actos repugnantes de odio que deben ser condenados de la forma más enérgica posible. O los que pretenden hacer una lista de invitados a la manifestación del sábado. O los que aprovechan la información sobre lo ocurrido para hacer política. 

Duele mucho ver a todas esas personas que en toda España pretende politizar estos atentados. Son chusma. Gentuza. Personas indeseables. Hablamos de Twitter, como si fuera un ente abstracto, pero esos comentarios que nos indignan son de vecinos, amigos, familiares. Pero somos más los que sólo compartimos el dolor, el llanto, la indignación y la determinación de seguir celebrando la vida. Muchos más. Hay personas que están buscando cualquier resquicio para afianzar sus prejuicios y sus tics ideológicos. Hay quien sólo ve indignidades en el lado de enfrente: nacionalistas españoles muy ofendidos por lo que dicen nacionalistas catalanes, independentistas incapaces de ver los excesos de quienes piensan como ellos pero que ven con facilidad los de los que opinan diferente. Hay gente despreciable que intenta que un atentado con 15 asesinados le dé réditos. Y esa gente, creo que es importante recordarlo, no está sólo en una franja ideológica, en absoluto, es totalmente transversal. Pero también es clave recordar que son minoritarios, aunque hagan más ruido, aunque sus exabruptos suenen más. 

Hay cuñados que parecen saber más de lucha antiterrorista que quienes llevan más de una década evitando atentados. Hay cretinos sin escrúpulos que utilizan una masacre para reforzar sus reivindicaciones o para buscar argumentos para sus ataques y sus manías persecutorias. Pero son los menos. Y es muy importante que eso quede plasmado mañana en las calles de Barcelona. Siempre seremos más. Siempre serán una minoría quienes, ante tal atrocidad, se apresuran a buscar qué ventajas políticas pueden sacar, si lo ocurrido les pueda dar la razón (y, qué cosas, siempre se la da en sus mentes obtusas). Somos más los que gritaremos, allí o desde la distancia, No tinc por, abrazados a quienes piensan diferente a nosotros, sin caer en sucios politiqueos, compartiendo el dolor

 T'estimo, Barcelona. 

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