Los Mossos, sobresaliente en comunicación

Puede que en pocos temas resulten más insoportables el cuñadismo y los comentarios de barra de bar que en el terrorismo. No tengo la menor idea de cuestiones de seguridad, a diferencia, al parecer, de los miles de tuiteros que son expertos en la materia. No puedo opinar sobre la labor de Policía, Guardia Civil o Mossos d'Esquadra ante la amenaza terrorista, aunque tengo pocas dudas de que es cierto lo que se afirma sobre la excelente preparación de las fuerzas del orden en España para combatir el terrorismo yihadista. Es ejemplo en otros países y sólo gracias a su excepcional trabajo hemos podido estar libres de atentados de este tipo desde el salvaje ataque del 11-M en Madrid. Pero, ya digo, no soy experto en la materia, así que no me uniré al coro de voces que habla de bolardos en La Rambla, de avisos de la CIA o de cómo no se sospechó de la cantidad de bombonas en la casa de Alcanar en la que los criminales preparaban el atentado. Ya lo siento, pero no sé de estos temas y, me van a perdonar, creo que quienes dedican su vida a combatir el terrorismo sabrán un poco más que yo. Sí me siento más cómodo opinando de la excepcional labor de servicio público que han hecho los Mossos d'Esquadra. Su política de comunicación es difícilmente mejorable y a buen seguro será un ejemplo a seguir en situaciones de crisis como esta.


Desde que se conocieron los primeros detalles, aún confusos, del atentado terrorista en La Rambla, los Mossos informaron puntualmente. En su cuenta de Twitter, y en varios idiomas, contaron cada detalle, pidiendo prudencia a los ciudadanos y que no se diera pábulo a los rumores no confirmados (consejo que no siguieron muchos ciudadanos y algunos periodistas). Minuto a minuto, los Mossos han informado con escrupulosa transparencia de la investigación del atentado, de cada nuevo detalle que se iba conociendo, siempre que éste, naturalmente, no comprometiera la labor policial. 

La excelsa política de comunicación de los Mossos durante esta tragedia ha tenido el rostro y la voz de su Mayor, Josep Lluís Trapero. Ha ofrecido dos ruedas de prensa diarias y ha respondido con la máxima transparencia a todas las cuestiones. Ha dado un ejemplo. Muchas veces es en las grandes tragedias donde se puede calibrar en toda su dimensión las capacidades de las personas. Y Trapero ha dado buena muestra de su profesionalidad desde el primer momento. Un comportamiento impecable, que nadie salvo quienes sienten urticaria cuando escuchan a alguien hablar en catalán puede negar. En su primera rueda de prensa, el jueves por la noche, apareció compungido, como cualquier persona de bien en ese momento. Pero fue preciso en sus explicaciones. Cauto, sin nerviosismo, sin dejar de responder a cuantas preguntas se le planteaban, didáctico, profesional. Y así ha seguido en sus continuas ruedas de prensa desde entonces. Impecable. Excepcional. Inconmensurable.

Sin contar lo que no se podía contar porque afectaría a la investigación, lógicamente, pero sin rehuir ninguna cuestión. Sin miedo a rectificar cuando ha sido preciso. Explicando con meridiana claridad la labor de los Mossos en estos días trágicos y de intenso trabajo. Transmtiendo serenidad y seguridad, que es lo se debe esperar de un portavoz policial en situaciones tan terribles como esta. Muchos hemos descubierto estos días a Josep Lluís Trapero. Honestamos, desearíamos no haberlo hecho, no en estas condiciones. Pero es de justicia alabar la extraordinaria profesionalidad con la que ha hecho su trabajo y ha atendido a los medios, que es tanto como decir a los ciudadanos, porque los medios en estos casos son las cadenas de transmisión de los mensajes de las fuerzas del orden a la sociedad. Y es díficil ejercer mejor la portavocía que como lo ha hecho Trapero. 

Por eso, por la impecable política de comunicación de los Mossos desde que se perpetró el espantoso atentado, por su eficacia y su transparencia, resultan difícilmente comprensibles algunas críticas, como la de un periodista extranjero que se quejó porque Trapero respondía a las preguntas que le formulaban en catalán en, atención, catalán. Como si fuera una anomalía. Como si no respondiera en español a las cuestiones planteadas en este idioma y como si en todas las ruedas de prensa que ha dado no hubiera explicado en ambos idiomas las novedades. Es enfermiza la obsesión de algunos por convertir el idioma y la cuestión lingüística en un problema en Cataluña. Sencillamente no lo es. No es verdad. Mienten. Y son especialmente miserables si pretenden echar en cara a los Mossos un supuesto desprecio al castellano en sus explicaciones estos días. Es falso y allá cada cual si cree que un atentado terrorista puede ser politizado de forma tan burda. 

Creo que los Mossos han hecho un trabajo policial excepcional, jugándose la vida y neutralizando a los miembros de la célula terrorista, evitando, por ejemplo, una masacre en Cambrils. Pero, como decía más arriba, de esto no me siento capacitado de hablar, porque no soy experto. Pero sí tengo muy claro que el ejemplo de transparencia de la policía catalana estos días es admirable y será recordado y tomado como ejemplo. Y quien ha estado al frente de esa intensa labor informativa ha sido Josep Lluís Trapero, al que debemos gratitud por su excepcional trabajo. Gràcies.

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