"Tarde para la ira" triunfa en los Forqué

Si en Estados Unidos la temporada de premios cinematográficos empezó con los Globos de Oro, que encumbraron a La la Land por su genial recuperación del género musical, anoche Tarde para la ira, la impecable ópera prima de Raúl Arévalo, tomó la delantera en la temporada de galardones en España, con el Premio Forqué al mejor largometraje. La ceremonia de entrega de los premios que conceden los productores se celebró en Sevilla y la capital hispalense acogió la primera noche triunfal de muchas que pueden llegar en las próximas semanas para esta historia de venganza fría. 


Quienes pensamos que el cine no es materia de premios, que no se pueden poner a competir unas películas contra otras, que (afortunadamente) no hay criterios incuestionables para valorar las creaciones artísticas, no podemos evitar, sin embargo, seguir con atención la entrega de los diferentes premios, siempre por estas fechas. Porque es una bonita manera de recordar las mejores producciones del último año. Porque sirve para festejar que el equipo de ese filme con el que tanto disfrutaste es reconocido por su trabajo. O que ese actor o aquella actriz han ganado un premio. O para conocer películas que se habían escapado entre la multitud de la cartelera, y que gracias al galardón uno descubre. Así que, capeando esta contradicción, un año más seguimos de cerca los premios, aunque nos siga pareciendo que comparar películas y hacerlas competir es como hacer una competición entre cuadros de Monet y de Velázquez, por ejemplo. 

Dicho esto, Tarde para la ira es una de las mejores películas de los últimos tiempos y, desde luego, el más arrollador y personalísimo debut en la dirección en muchos años en el cine español. Raúl Arévalo, actor que ha participado en muchas inolvidables películas, da el salto a la dirección con una historia en la que no hay una frase, una escena o una mirada más de lo estrictamente necesario. Un guión sólido como una roca, la decisión inteligente de ir desvelando secretos de la trama a medida que esta avanza y las excepcionales interpretaciones que soportan la historia, empezando por Antonio de la Torre, hacen de este filme uno de los trabajos más brillantes del año, así que, bien entregado está el galardón. 

La cinta de Arévalo se enfrentaba a la sobria  Julietade Almovódar; a la notable recreación de un episodio histórico fascinante y puramente español, que firma Salvador Calvo en 1898. Los últimos de Filipinas; la también muy española El hombre de las mil caras, de Alberto Rodríguez, que relata el periodo de descomposición vomitiva del felipismo; el castizo y asfixiante thriller de Rodrigo Sorogoyen, Que Dios nos perdone, y la taquillera Un monstruo viene a verme, de José Antonio Bayona. Casi nada. 

Emma Suárez, multinominada a los Goya, se llevó el premio Forqué a mejor interpretación femenina por su Julieta desgarrada, consumida, desesperada, por una ausencia que todo lo llena y lo destruye. Premio merecido, como el que ganó Roberto Álamo en la categoría masculina por el policía iracundo, atormentado y políticamente incorrecto que se encarga del caso del violador y asesinado de ancianas en Que Dios nos perdone. El Forqué al mejor documental fue para 2016: Nacido en Siria, de Hernán Zin, y en la categoría de mejor película latinoamericana la excepcional, inteligente, honesta y prodigiosa El ciudadano ilustre, de Gastón Dufrat y Mariano Cohn

La próxima cita en la temporada de entrega de premios son los Feroz, concedidos por la crítica cinematográfica, que se entregarán el 23 de enero en una ceremonia presentada por Antonio de la Torre y que emitirá Movistar. De nuevo, mucha igualdad en el número de candidaturas de las principales películas. El hombre de las mil caras cuenta con diez nominaciones; Julieta, con nueve; Tarde para la ira, con ocho; Un monstruo viene a verme y Que Dios nos perdone, con siete; y Kiki, el amor se hace, de Paco León, con cuatro. 

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