El ejemplo de Mark Zuckerberg

Los gigantes de Internet tienen innumerables defectos. Las redes sociales no son el mejor ejemplo de respeto a la intimidad de sus usuarios. Está demostrado que, como es natural, lo que en apariencia en gratis se paga no con dinero sino con datos personales muy útiles para las empresas. No todo lo nuevo es de por sí ejemplar. Pero sí hay también virtudes que se pueden elogiar en estas compañías. Hablo de Facebook. De su política de conciliación entre el trabajo y la vida privada. Ayer el fundador y presidente de la compañía, Mark Zuckerberg, anunció, lógicamente, a través de su cuenta en esta red social que se cogerá dos meses de baja por paternidad. Algo que no debería ser noticia, pero que lo es. Por lo poco frecuente. Porque aún llama la atención que sea el padre quien se coja la baja cuando tiene un hijo. Porque parece como si los altos directivos o los máximos dirigentes políticos o empresariales debieran renunciar a su vida privada para conservar su puesto en lo más alto. Como si ser presidente de una de las mayores empresas del mundo supusiera tener que aparcar la familia. 

Por eso es tan buena noticia, por lo que tienen de ejemplar, esta baja por paternidad de Zuckerberg. En Facebook, hombres y mujeres cuentan con cuatro meses de baja cuando son padres. Es algo común en el resto de compañías de Silicon Valley, donde precisamente la conciliación entre la vida personal y profesional es un aliciente para atraer talento. En Neftix, según leo, el periodo de baja tras ser padre puede ser de hasta un año. Así como tendemos a fijarnos en otros países para intentar copiar algo que nos interesa, pero no lo que nos viene mal, por lo general los políticos en España buscan, o dicen buscar, copiar políticas de otros países en algunos aspectos, pero casi nunca en el laboral. En el de la racionalización de los horarios, por ejemplo, causa que tanto cuesta implantar en España. 

El gesto de Zuckerberg, que pertenece a su vida privada, la trasciende, por dos motivos. Como digo, en primer lugar, porque es un ejemplo. Es el padre quien se coge unos días de baja por paternidad. Porque no es cuestión sólo de mujeres. Porque también el cuidado del niño es labor del progenitor. Porque no debe renunciar el hombre a esa experiencia que debe de ser formidable. Porque tenemos aún muy asentada la mentalidad de que esto es cosa de mujeres, claro. De que debe ser la madre la que se encargue de ello. Y es un grave error. Por eso es tan importante que se normalice lo que es normal. Y ayuda, mucho, este tipo de gestos de personas públicas. Como, en otro orden de cosas, ayudó mucho que el presidente de Apple saliera del armario para defender a todos los que sufren por discriminación homófoba. 

Y el gesto del presidente de Facebook es relevante también, precisamente, por su posición. Porque es un alto directivo de una de las mayores compañías tecnológicas del mundo. Y Facebook no se va a hundir porque él se dedique dos meses al cuidado de su hijo. Y ese mensaje es potente. Y necesario. Mucho. Delega sus funciones en Sheryl Sanberg. Y, por supuesto, esto no dañará a la empresa. No se acaba el mundo porque alguien, aunque sea un máximo directivo, coja dos meses de baja por paternidad. Pero, como eso es aún poco frecuente, como estamos tan acostumbrados a que, por supuesto, los políticos no se cojan apenas días para cuidar a sus hijos cuando sus padres y a que las políticas casi tampoco (recuerdo cuando la vicepresidenta del gobierno dio a luz y tomó posesión del cargo pocos días después sin disfrutar de su baja por maternidad), estos gestos son positivos. Para quitar hierro y dar normalidad a lo que es lógico, la necesaria conciliación entre la vida personal y profesional. 

Si el presidente de Facebook puede tomarse dos meses y la empresa, como es lógico, seguirá en marcha, cómo no van a poder conciliar el resto de trabajadores su trabajo y su familia. Porque es también tarea de los hombres y porque es un derecho con el que debe comprometerse toda la sociedad. Y porque el trabajo es muy importante, pero no lo es todo. La vida privada, la familia, los amigos, también lo es. Un derecho del que aún es demasiado poco frecuente que disfruten los padres y menos aún si estos son altos directivos. De ahí el ejemplo de Zuckeberg. Que disfrute de su hija. Ya ha contribuido a abrir un pertinente debate público, a remover anquilosados pensamientos y prejuicios. Enhorabuena por partida doble. 

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