Cruce de calles

Siete de los autores del libro de relatos Casi nueve avaros, publicado por la editorial Lampedusa en 2013, junto a otros cuatro nuevos escritores, vuelven a las andadas, esta vez con la obra Cruce de calles. Si entonces el punto en común de las historias narradas era la avaricia, ahora es la ciudad en sentido amplio. Las tramas de los once relatos transcurren en espacios urbanos. En algunos casos, se nombra la localidad donde suceden (Madrid, Buenos Aires, Móstar) y otras no. A veces es una historia actual y otras se remonta al pasado. La enorme diversidad de las historias narradas caracteriza a un libro con cuya lectura  disfrutará todo amante de la literatura. 

Además de que todas las historias son urbanas, hay algún otro nexo entre los diferentes relatos. El primero de ellos, muy presente en varios de ellos, es la crisis. La asfixiante crisis económico que ha golpeado (y diríamos que sigue haciéndolo en forma de precariedad laboral galopante) a nuestro país en los últimos años. De forma directa o indirecta, más o menos explícita, la crisis aparece en La arboleda perdida, de Adolfo Berzosa; Oferta de trabajo, de Javier Escolar; Hablan las calles, de Marta Jurado y El undécimo: no desahuciarás, de Yolanda Goyeneche

En el primero de aquellos relatos el narrador es el hijo de un obrero que descubrirá secretos familiares producto del desempleo, la crisis y la vergüenza de quien pierde el trabajo y siente que no puede mantener a su familia. En Oferta de trabajo, Javier Escolar presenta una sugerente y negra historia moderna a través de unos personajes muy bien construidos, en particular el del extravagante y misterioso mendigo que entrará en contacto en la calle, aparentemente de forma casual, con Ricardo, quien acaba de perder su empleo, y con el excepcional estilo al que nos tiene acostumbrados el autor, buen amigo y mejor contador de historias. Yolanda Goyeneche también explora caminos oscuros e inquietantes en una historia que transcurre en el madrileño barrio de Lavapiés donde comparten miserias ancianos de toda la vida y personas inmigrantes recién llegadas. En Hablan las calles, de Marta Jurado, la crisis es uno de los factores determinantes del relato, pues su protagonista, Luna, vive en Buenos Aires al haber tenido que salir de España en busca de oportunidades laborales, aunque después el amor y el arte también marcan el devenir de la historia. 

El pasado vincula de algún modo a otros relatos de este diverso y atractivo Cruce de calles. Paisaje urbano en los Balcanes, de Luz González, muestra la mirada melancólica de una mujer que recorre las calles de una ciudad donde vivió, amó y soñó, completamente devastada por la sinrazón de la guerra. Laura de Cubas plantea un relato de género fantástico con La Fuente, donde el deambular ocioso del empleado de una inmobiliaria recién despedido por su barrio termina con un sorprendente descubrimiento en una finca antigua con un peculiar morador. También habla del pasado, pero desde una óptica bien distinta y tan llamativa que conviene no adelantar nada en esta reseña para que coja desprevenido al lector el relato Segundas oportunidades, de María Antonia García Quesada, donde de nuevo nada es lo que parece. 

Encar Jurado presenta al lector un interesante ejercicio histórico en su relato Pasos perdidos, donde se relata la historia de la Plaza de Tirso de Molina en Madrid, antes llamada Plaza del Progreso. Una interesante historia que uno, madrileño, desconocía, y que además se relata con un estilo atractivo y con un atrevido despliegue de personajes de distintas épocas. por sus páginas. 

Una tercera temática en la que, de forma muy general, pueden encuadrarse los otros relatos que componen esta obra es la de las nuevas tecnologías y el estado de confusión o imbecilidad, incluso, de nuestro tiempo. En Rebaño, Laura García zarandea al lector en un cuento sencillo pero muy ilustrativo de nuestros días, donde marchamos a toda prisa como robots, o como ovejas, sin hablar a nadie a nuestro alrededor. En Enredados, de Enrique Jurado, las omnipresentes nuevas tecnologías se entrecruzan con la realidad, lo virtual interrumpe constantemente, sobre todo en los momentos más inoportunos, a una pareja que se cita por primera vez. Dura es la historia, relacionada también con las consecuencias indeseadas del mal uso de las nuevas tecnologías, de El parque del barrio norte, de Ana Otero. Es, en fin, Cruce de calles un libro sensacional de relatos diversos y variopintos. 

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