Diez razones para conmemorar el Día Internacional de la Mujer

Fuente. Forges
La ONU estableció en 1977 el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Esta fecha es, desde entonces una jornada de reivindicación de la igualdad entre hombres y mujeres. Lamentablemente, este día sigue siendo muy necesario. Aquí tan sólo intentaré exponer unas pocas razones que explican que, tristemente, el 8 de marzo sigue teniendo sentido. No me gustan los días internacionales sobre causas justas si significan que sólo en ese día, y con la boca pequeña, de tapadillo, todo el mundo comparte frases simplonas o lanza eslóganes que luego no aplica a su vida diaria. Pero sí los veo necesarios para poner en valor una lucha, en este caso la feminista, necesaria, porque abochorna a la sociedad que la mitad de la población mundial, por el mero hecho de ser mujer, siga arrastrando injusticias y desigualdades. Aquí van algunas de las razones por las que sigue siendo necesario este reivindicativo Día Internacional de la Mujer. 

1. El machismo. La primera razón es bastante obvia. El machismo sigue existiendo, sigue imperando, en mayor o menos grado, en nuestra sociedad. Qué decir en otras donde las mujeres ven pisoteados sus derechos más elementales. Mientras exista el machismo, esa repugnante tesis según la cual las mujeres valen menos que los hombres, el Día Internacional de la Mujer es necesario, para reflejar la sandez de tal planteamiento y para denunciar todos aquellos lugares donde siga existiendo. 

2. El micromachismo. Son pequeños gestos del día a día. Afortunadamente, hoy la sociedad ha avanzado lo suficiente como para que cualquier discurso abiertamente machista sea censurado mayoritariamente, pero no tanto como para librarnos del micromachismo. Hace unos días, la sección Micromachismos de eldiario.es publicó un vídeo que refleja muy bien de qué estamos hablando. Son situaciones muy reconocibles que en muchos casos dejamos pasar como si fueran aceptables, pero que rezuman machismo. Desde los piropos por la calle a una joven hasta que en una reunión de trabajo un compañero le mire un poco por debajo de los ojos o que en un bar, instintivamente, el camarero le dé la cerveza al chico y el refresco a ella. 

3. Brecha salarial. Estamos en el siglo XXI, pero las mujeres cobran menos que los hombres por hacer el mismo trabajo. En la ceremonia de entrega de los Oscar, la actriz Patricia Arquette realizó uno de los discursos más elogiados al reivindicar de una vez por todas la igualdad salarial. No existe. Y no hablamos de países en vías de desarrollo o de sociedades gobernadas por leyes o mentalidades medievales. Hablamos de países como España o Estados Unidos en el año 2015. La vergonzosa brecha salarial existe y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la cifra en un 17%. Las mujeres cobran un 17% menos cuando, por cierto, según esta institución, deberían cobrar un 2% en base a su capacidad real. 

4. Minoría de consejeras. No existe igualdad en los salarios y tampoco en la posibilidad de llegar a los mayores puestos de responsabilidad. Así lo demuestran las estadísticas. Sólo un 15% de los miembros del Consejo de Administración de las empresas que componen el Ibex 35 son mujeres. Un 15%. Apenas 80 de 529.  La ley de Igualdad estableció el objetivo de llegar al 40%. En Alemania, por ejemplo, acaban de aprobar una ley que obliga a las principales empresas del país a tener al menos un 30% de mujeres en sus Consejos. Por supuesto, quienes compongan esos puestos directivos deben llegar ahí en base a su capacidad. Evidentemente, no cuela que sólo exista un 15% de mujeres preparadas en España para sentarse en el consejo de compañías del Ibex. Como tampoco suena verosímil que no haya una sola mujer en Grecia capaz de entrar en su gobierno o que no haya mujeres que dirijan periódicos en nuestro país cuando las redacciones están llenas de profesionales de extraordinario talento. 

5. Violencia machista. La lacra de la violencia machista es la más descarnada representación de la mentalidad patriarcal, la que considera que la mujer es una mera pertenencia, un objeto que posee el hombre. "O mía, o de nadie". Ese diabólico razonamiento le costó la vida a 51 mujeres el año pasado en España. El hecho de que siga existiendo violencia contra las mujeres por este odioso sentimiento de dominación es una de las razones más dramáticas que justician la existencia de un día como el de hoy y que debe interpelar a toda la sociedad, en especial a los gobernantes, para hacer más de lo que hacen en contra de esta lacra. Mientras exista una sola mujer que viva maltratada por un hombre, la sociedad tendrá una poderosa razón para sentir vergüenza de sí misma. 

6. Trabajo doméstico. En este punto quiero pensar que se ha avanzado, pero parece evidente que aún no lo suficiente. Aún existe el concepto de ayudar en casa, siempre aplicado al hombre, claro, porque se entiende que es la mujer la que debe hacer frente a las tareas domésticas. Es otro ejemplo flagrante, y aún demasiado extendido, de ese micromachismo del que hablábamos antes. 

7. Juventud. Las encuestas sobre cuestiones de igualdad a la juventud española producen una sensación de frustración y de decepción, porque encierran alarmantes tics machistas. Recientemente el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud presentó su informe Jóvenes y género. El estado de la cuestión. Algunas conclusiones son muy alarmantes. Por ejemplo, el 30% de los encuestados (hombres entre 12 y 24 años) cree cuando la mujer es agredida por su marido, algo habrá hecho ella para provocarlo. 

8. Control de la pareja. Pero hay muchos más informes y muchas más respuestas de los jóvenes que indican que algo se está haciendo muy mal cuando se perpetúan actitudes machistas. Un 32% de las jóvenes creen que es aceptable que su pareja las controle. Y, tristemente, no cuesta encontrar en parejas jóvenes actitudes controladores del chico hacia la chica. Un 70% de los jóvenes, por ejemplo, aprenden que los celos son una expresión de amor. Es evidente que se ha avanzado mucho y, afortunadamente, muchas jóvenes, la mayoría, tienen claros los límites y no permiten que se sobrepasen. Pero está claro que no ocurre así en todos los casos. 

9. Trabas a las embarazadas. Contábamos un poco más arriba que las mujeres cobran, de media, un 17% menos que los hombres. Ese no es el único obstáculo laboral al que se enfrentan. En entrevistas de trabajo se sigue preguntando a jóvenes (hace poco hablaba de esto con dos buenas amigas) si tienen pareja y si tienen pensado formar una familia. A mí jamás me han preguntado eso en una entrevista de trabajo. ¿Por qué va a ser aceptable que se le pregunte a una mujer? No puede ser un obstáculo para ninguna mujer en su empleo tener hijos y hay mucho trabajo que hacer en pos de la conciliación. 

10. Sociedades medievales. No podemos olvidar en el Día Internacional de la Mujer que hay países donde se condena por ley el adulterio (sólo para la mujer, o al menos más para ella que para él) o donde la "deshonra" de haber sufrido una violación se salda casando a la chica con su agresor. Existen países donde las chicas no tienen derecho a asistir a la escuela porque se rigen en base a principios medievales como los del islamismo radical. O niñas que son explotadas en trabajos miserables. La esclavitud del siglo XXI son las redes de trata de mujeres, los odiosos seres que trafican con mujeres a las que prostituyen. 

Son sólo diez razones. Hay infinidad de argumentos más que siguen haciendo imprescinsible un día como el de hoy para reivindicar la igualdad real entre hombres y mujeres, un camino en el que queda mucho por recorrer. 

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