Acuerdo esperanzador entre Estados Unidos y China

La cumbre Asia-Pacífico que se celebra estos días en Pekín ha dejado ya un acuerdo esperanzador en la lucha contra el cambio climático. Quizá la cautela sea la más sensata actitud ante el pacto anunciado ayer por los presidentes de Estados Unidos y China, pero sin duda el pacto alcanzado entre Barack Obama y Xi Jinping abre de par en par las puertas al ansiado acuerdo mundial para 2020 sobre el cambio climático que debería alcanzarse en la decisiva Cumbre de París del próximo año. Estados Unidos y China son los dos países más contaminantes del mundo. Entre los dos emiten en torno al 40% de los gases de efecto invernadero. Ayer, los mandatarios de ambos países dieron un paso adelante en su compromiso con la reducción de las emisiones contaminantes que debería servir de avanzadilla para ese gran pacto mundial que se espera en 2015 y que tan urgente para el medio ambiente y la sostenibilidad del planeta es. 

En concreto, China, el país más contaminante del mundo, se compromete a alcanzar su máximo nivel de emisiones contaminantes en 2030 y también a duplicar en los próximos años el peso de las energías limpias en su país. Ahora suponen apenas el 10% del total de consumo energético del gigante asiático y en el acuerdo de ayer China se compromete a que lleguen al 20% en 2030. Es un avance estratosférico, pues esto supone que el país asiático deberá generar en los próximos 15 años más energía limpia que la que generan actualmente todas sus plantas de carbón. La actitud de China en materia de cambio climático jamás antes había sido tan constructiva y por eso se debe poner en valor el acuerdo alcanzado ayer con Estados Unidos. 

Obama también ha elevado notablemente el compromiso de Estados Unidos en la lucha contra el cambio climático. El presidente estadounidense está en una situación política muy delicada después de perder el control del Senado en manos del Partido Republicano. Ahora la oposición controla las Cámaras, por lo que de facto son otro ejecutivo propio, otro gobierno que limita mucho el margen de maniobra del presidente. Los dos años que le quedan a Obama en la Casa Blanca arrastran el miedo a que el presidente sea lo que en política estadounidense se conoce como "pato cojo", un mandatario atado de pies y manos, sin poder real de actual. En estos casos le quedan dos opciones al presidente que se enfrenta a una mayoría del partido contrario en las Cámaras: centrarse en política exterior o buscar acuerdos con el otro partido. Este último punto parece una quimera a tenor de las gélidas relaciones entre la Cámara de Representantes, con mayoría republicana, y la Administración Obama en los últimos años, por lo que el presidente tiene más opciones de dejar un legado memorable en política exterior. Ahí entra el posible pacto con Irán y quizá este paso adelante, por fin, en la lucha contra el cambio climático. 

Según el acuerdo firmado ayer entre Obama y Xi Jinping, Estados Unidos deberá reducir sus emisiones contaminantes entre un 26% y un 28% respecto a sus niveles de 2005 para 2030, lo que supone el doble de su anterior compromiso. Una actitud valiente de Obama que, esperemos, no sea torpedeada por el Partido Republicano, algo que tampoco sería descabellado según distintas informaciones que recuerdan cómo algunos líderes republicanos se mantienen en la ciega postura del negacionismo sobre la gravedad, o incluso la existencia, del cambio climático, al tiempo que sostienen la defensa de fuentes de energía más contaminantes como el carbón. Confiemos en que la estratégica apuesta de Obama, que va mucho más allá de su mandato y del de su sucesor, sea entendida como un compromiso a largo plazo con la sostenibilidad del planeta y no tanto una tabla de salvación para el presidente en sus dos últimos años en el poder. 

El otro día comentábamos el último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) en el que este organismo internacional dependiente de la ONU denunciaba la falta de voluntad política en este campo. Hay margen de acción, aún podemos frenar el avance del cambio climático y proteger el planeta, decían, pero es necesario que se den pasos para que así sea. El documento pretendía ser una base para las negociaciones de la Cumbre del próximo año en París en la que se debe encontrar un nuevo gran acuerdo mundial que sustituya al Protocolo de Kioto y entre en vigor en 2020. Sin duda, el pacto de ayer entre Estados Unidos y China, calificado de "histórico" por Obama, es un esperanzador paso adelante y una muestra de voluntad política. Ojalá cumpla lo que promete y sirva de desatascador para esa decisiva cumbre de 2015 en la capital francesa. Son los dos países más contaminantes del mundo. Que se pongan de acuerdo para reducir las emisiones contaminantes es una noticia ilusionante. 

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