Gaza, la atrocidad que no cesa

La operación israelí en la franja de Gaza sobrepasa ya las tres semanas. Margen Protector, el obsceno nombre que le da Israel a este acto de venganza por el asesinato cruel de tres jóvenes a manos de radicales, no hace sino intensificarse. Según distintos medios, la jornada de ayer fue la más sangrienta desde que empezó la operación con 120 palestinos muertos. Entre ellos, de nuevo, 20 personas que estaban refugiados en una escuela de Naciones Unidas en la que se acogen civiles que han tenido que abandonar sus casas. Israel sigue matando inocentes con absoluta impunidad hasta el punto de que bombardea instalaciones de la ONU en Gaza. El mundo calla. La atrocidad no cesa. Israel ha bombardeado también la única central eléctrica de la franja de Gaza. 

Apenas una tregua de 24 horas es toda la ausencia de violencia que se ha podido vivir en la franja de Gaza en las tres últimas semanas. Israel y Hamas se niegan a adoptar una nueva tregua, como reclama el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y como ha pedido la OLP, la parte moderada del pueblo palestino, que reclama una tregua humanitaria de al menos 24 horas. Las dos partes en contienda, una contienda desigual y con un balance de víctimas realmente desproporcionado, siguen en sus trece. Israel dice que no cesará la operación militar contra la franja de Gaza hasta que no destruya todos los túneles a través de los cuales los terroristas de Hamas entran en su territorio. Por su parte, el grupo radical Hamas afirma que no dejará de lanzar misiles contra territorio israelí hasta que el ejército de aquel país no abandone la invasión de la franja de Gaza. Un callejón sin salida del que, de momento, ningún esfuerzo diplomático logra sacar al conflicto, que no deja de enervarse según pasan las horas. 

Es obsceno que el ejército de un país pueda bombardear instalaciones de Naciones Unidas, hospitales, escuelas o directamente a niños que juegan en la playa sin que haya consecuencias. Lo que Israel está haciendo en Gaza escapa desde el comienzo del legítimo derecho a la defensa de un Estado democrático. No se puede atacar a civiles indiscriminadamente como está haciendo. La actuación del ejército israelí en Gaza es atroz y desde la ONU se alerta de que el país está cometiendo crímenes de guerra. Porque en este mundo salvaje e inhumano en el que vivimos, hasta la guerra tiene unas normas, unos códigos, como no disparar contra la población civil que Israel está despreciando y pisoteando uno a uno

Es asombroso que Israel pueda seguir bombardeando instalaciones de Naciones Unidas sin el menor pudor. Ayer conocimos que Estados Unidos y la Unión Europea han aumentando las sanciones contra Rusia por apoyar a los rebeldes del este de Ucrania y por su nula colaboración en las investigaciones sobre el avión derribado en Donetsk. Probablemente, es una medida acertada. Vladimir Putin es un personaje siniestro que está adoptando en Rusia una política peligrosa y no se puede invadir unilateralmente un territorio de un país para anexionárselo a su antojo como hizo con Crimea. Pero llama la atención la severidad que, poco a poco, va adoptando Occidente contra Rusia mientras con Israel se sigue apelando a su derecho a la defensa y se emplea guante de seda. Siempre encuentran en Estados Unidos y otros países razones para justificar los actos militares de Israel, siempre se dice con la boca pequeña aquello de respetar a la población civil, mientras se continúa respaldando el derecho de Israel a continuar con sus operaciones militares a sangre y fuego contra Gaza. Es lamentable que Israel disponga de tal carta blanca entre la comunidad internacional. ¿Se imaginan que pasaría si un líder del "eje del mal" bombardera una escuela de la ONU? Israel lo ha hecho repetidas veces en Gaza y ahí sigue, aplicando su derecho a la defensa, como dicen sus defensores. 

Las explicaciones que da el ejército israelí para defender su operación son indignantes. Siguen afirmando, por ejemplo, que avisan a la población civil antes de bombardear. En efecto, parece ser que llaman por teléfono o lanzan octavillas en las que piden a los ciudadanos amablemente que abandonen sus casas para que puedan ser destruidas sin ellos dentro. Todo un detalle. ¿De verdad no son conscientes en Israel de la semilla del odio que están sembrando en Gaza? ¿No se dan cuentan de que están alimentando fanatismo, violencia y confrontación para muchos años? Igual sí se dan cuenta, pero les da igual. No lo sé. Lo que parece evidente es que cada día que pasa de la operación se aleja un poco más la solución diplomática del conflicto. Una solución, la definitiva, que sería crear dos Estados, algo que los israelíes, al menos la facción más extremista de la política y la ciudadanía israelí, no quieren. 

Aterra también el razonamiento insultante del ejército israelí sobre las matanzas de civiles que están provocando y que pesarán sobre la conciencia de Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, y del resto de mandos que ordenen estas crueles operaciones. Leí ayer una declaración de un alto mando del ejército israelí en la que decía que, mientras Israel protege a sus civiles, Hamas emplea a sus niños como escudos humanos y que, por tanto, ellos son los responsables. Lo dice con total desfachatez quien es responsable de bombardear escuelas de Naciones Unidas donde la población civil se cobija de los ataques. ¿Qué objetivos estaban protegiendo los niños de esa escuela de la ONU? ¿Qué salvaguardaban exactamente los niños que jugaban en la playa y fueron asesinados por el ejército israelí? No defenderé a Hamas, un grupo extremista y fanático. No negaré que en casos puntuales pueda emplear a la población civil como escudo humano. Pero es indecente que quien bombardea instalaciones de Naciones Unidas se lave las manos ante todas las muertes de inocentes que provoca señalando a Hamas. Escudos humanos en la zona más densamente poblada del planeta, dicen. Y, suponiendo que Hamas guarde armas en un hospital, algo totalmente intolerable, por supuesto, ¿justifica eso que Israel ataque el centro hospitalario? 

Otra información preocupante que he leído estos días en la prensa habla sobre el respaldo casi unánime, o desde luego sí muy mayoritario que da la población israelí a la operación militar en Gaza. Según una encuesta, un 86% de los ciudadanos apoya que la operación Margen Protector, esa bajo la cual según Naciones Unidas se están acometiendo crímenes de guerra, continúe. Es decir, el gobierno de Israel tiene el apoyo masivo de sus ciudadanos para seguir bombardeando Gaza y para continuar con la masacre de civiles asesinados. Habla bien a las claras este sondeo del clima de perversión al que puede llegar una población que vive durante décadas inmersa en un conflicto. Supongo que una encuesta similar en territorio palestino arrojaría un resultado parecido. Y la violencia no engendra más que violencia, por lo que esta operación conseguirá a buen seguro que ese porcentaje de apoyo al empleo de la fuerza aumente. Venganza, odio y fanatismo le están ganando el terreno a la reconciliación. 

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