Las cajas B

¿Recuerdan aquel tiempo en el que cada declaración del extesorero del PP, Luis Bárcenas, sacudía los cimientos del gobierno? ¿Se acuerdan de aquel pleno en el Congreso del día 1 de agosto en el que el presidente Rajoy compareció ante la presión de la sociedad y los partidos de la oposición por las pestilentes revelaciones sobre el caso Bárcenas? ¿Tienen aún en mente la publicación de los papeles de Bárcenas, donde supuestamente se recogía la contabilidad B del partido en el gobierno? ¿Recuerdan las informaciones acerca de sobresueldos pagados en B? ¿Y las explicaciones oficiales del partido, que iban desde un "todo es falso, salvo alguna cosa" hasta el surrealista despido en diferido? Supongo que sí. ¿Recuerdan cuando todo esto abría periódicos? ¿Se acuerdan de cuando estas informaciones tan demoledoras sobre el PP estaban día sí y día también en los medios, exigiendo aclaraciones e informando a la sociedad sobre este escándalo de corrupción? Como por arte de magia, ahora lo ves, ahora no lo ves, la presión mediática y política por este asunto se ha rebajado unos cuantos grados. Se me escapan las razones, aunque todos podemos intuirlas, imagino.
 
El caso es que ayer Luis Bárcenas compareció ante el juez Ruz y volvió a explicar cómo funcionaba la financiación del Partido Popular. No había una caja B, no. Había una por cada provincia. El extesorero del PP es un presunto delincuente, por lo que en principio no tenemos por qué dar verosimilitud a todo lo que dice. Por supuesto. Pero sucede que, aunque pueda sonar algo extraordinario, de los delitos generalmente pueden hablar los delincuentes. Es decir, de una trama delictiva quienes más saben son los que forman parte de ella. Ocurre en muchas investigaciones judiciales. Es lo más razonable. Lo más humano. Pillan a uno y este tira de la manta, se pone a largar. Con la intención tal vez de, a través de esa colaboración con la justicia, ver atenuada su pena y con el propósito evidente en este caso de devolverle al PP lo que Bárcenas considera una traición. Cree que le han abandonado, que le han presentando como una patata podrida dentro del saco. Él quiere dejar claro que había unas cuantas más.
 
De entrada, las cajas B eran algo extendido en el PP, según la versión de Bárcenas. Hablaríamos de una financiación irregular en el partido que actualmente ocupa el gobierno central y la mayoría de los ejecutivos autonómicos y municipales. "En todas las provincias y regiones" había caja B, es decir, dinero no declarado a Hacienda, dinero negro para sufragar gastos del partido como los actos de las campañas electorales. Dinero que procedía, según la declaración de Bárcenas, de comisiones cobradas irregularmente por las administraciones gobernadas por el partido. La constructora de turno (menciona expresamente a Sacyr y un contrato en Toledo) que aporta donaciones irregulares al partido a cambio de contratos públicos. Un clásico.
 
Bárcenas también reiteró que todos los presidentes y secretarios generales del PP sabían de la existencia de la contabilidad B del partido. Tienen nombres y apellidos todos esos cargos. Son los que ustedes están pensando. Y si, entre ellos está el actual presidente del gobierno, Mariano Rajoy, a quien según el testimonio de Bárcenas, este entregó 25.000 euros y la misma cantidad a María Dolores de Cospedal antes de dejar a tesorería del partido. Fue, siempre según la declaración del extesorero del PP, Francisco Álvarez Cascos quien le entregó la llave de la caja B de Génova, 13. La caja B que se encargó de custodiar e ir alimentando (y a fuerza que lo logró, vista su fortuna en Suiza) Bárcenas la heredó (qué peligro tienen las herencias recibidas, ya lo decía Rajoy) de Rosendo Naseiro, el anterior tesorero del PP. "Al detener a Naseiro me dan la llave de la caja y allí había 8 millones de pesetas", contó al juez.
 
La explicación de Bárcena sobre su fortuna en Suiza tampoco ha variado. El extesorero del PP dice que no se llevó dinero de la caja B del partido, sino que logró esa fortuna gracias a inversiones y venta de obras de arte. Cuando el juez le mostró varias coincidencias entre los papeles de la contabilidad B del partido e ingresos en sus cuentas en Suiza, leemos en eldiario.es, Bárcenas dijo que se trataba de meras casualidades.
 
No creeremos, pues, a pies juntillas todo lo que diga Bárcenas. Naturalmente. Pero si ha habido coincidencias entre los papeles e la contabilidad B y gastos que en realidad ha tenido el partido, y las ha habido, sí tiene cierta verosimilitud su relato. Si el juez acusa a Bárcenas de haberse llevado dinero de la caja B del PP es que el partido que está e el gobierno tenía esa caja de dinero negro. Dinero con el que habría pagado, por ejemplo, la remodelación de su sede o las campañas electorales. Hasta una remodelación del vestuario de Rajoy, según repitió ayer Bárcenas. La sombra de la duda sigue cerniéndose sobre el PP. Lo hace con menos algarabía mediática, vaya usted a saber por qué, pero sigue intacta o incluso extendiéndose.

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