Patio de colegio autonómico

Si de algo andamos sobrados en la política española es de esperpento. Responsabilidad, alturas de miras, trabajo por el bien común, voluntad de acuerdo, diálogo entre partidos... De eso no gastamos. Pero nuestra clase política genera una gran cantidad de situaciones surrealistas y delirantes que podrían alimentar una serie televisiva diaria y que conviene tomar con humor, al menos nunca demasiado en serio. Estos últimos días el papel protagonista en la función lo han asumido los dirigentes autonómicos, decididos a emprender una riña de patio de colegio sobre las balanzas fiscales, ya saben, sobre quién paga más a quién. Lo que se dice un Estado solidario. Ayer Monago hizo un Jordi Évole con un falso documento de balanzas fiscales, al menos con un enfoque peculiar, propio. Es sólo la última ocurrencia en esta sitcom que promete seguir dando juego. 

Ayer publicó eldiario.es que el presidente extremeño, por explicar de qué va el cuento a quien no esté al día del show, está preparando unas balanzas fiscales propias. Extremadura es una de las comunidades que más recibe del resto de España y Monago ha querido contar su versión de la historia. Le ha salido un documento en el que Cataluña aparece como la Comunidad que más aporta al Estado (cuando Ignacio González se cruce con Monago en Génova pueden saltar chispas) y en el que el gobierno extremeño adopta la actitud de los nacionalistas catalanes. Como antes habían hecho ya otros dirigentes autonómicos como el propio presidente de la Comunidad de Madrid. Así, Extremadura despliega una lista de agravios como la línea de tren que une Ciudad Real y Badajoz, que según el gobierno autonómico tiene las mismas vías instaladas en 1886. En el documento, por darle agilidad, se incluyen fotos. Una de ellas, la imagen de un raíl con las siglas MZA que, según el gobierno extremeño, indica que son las mismas vías que las instaladas a finales del siglo XIX. "127 años de inversiones del Estado en Extremadura en una imagen", reza el documento. Y así todo. 

Es decir, el tono lastimero que tanto se critica cuando son otros quienes lo emplean, pero que se emplea en beneficio propio, probablemente con la certeza de que es una actitud irresponsable e infantil que, aun así y sobre todo, da votos. Mira nuestro presidente qué valiente poniendo las cosas en su sitio y defendiéndonos frente a España. Un "España nos roba" extremeño. Esto va camino de tener 17 "España nos roba". Puede llegar a ser muy divertido. Dentro de su falso documento de balanzas fiscales, Monago incluye una valoración económica de sus bosques: ¡14.000 millones de euros! Con eso, viene a decir el gobierno extremeño, no se cuenta, pero Cataluña es la comunidad que más emisiones de CO2 emite y ahí están los bosques extremeños para combatir la contaminación de los malvados catalanes. También se enumeran en el documento datos sobre la población de buitre negro, águila imperial y cigüeña negra. 

Lo simpático es que este documento termina advirtiendo sobre el riesgo de limitar la solidaridad.  "No podemos correr ese riesgo, porque estaremos perjudicando a unos españoles y beneficiando a otros. Y no es para eso para lo que nos eligen los ciudadanos, sino para garantizar que tengan los mismos derechos". De ahí que interprete esto como una Operación Monago, una emulación del falso documental con el Évole sacudió las redes sociales hace un par de semanas. No es para que nos tomemos en serio su documento, es para hacer reflexionar sobre los riesgos de que cada autonomía haga sus cuentas e incluya en ellas desde la población de buitres hasta la superficie de bosques. 

Monago no ha sido el único, ni probablemente será el último, dirigente autonómico que se ha decidido a publicar sus balanzas fiscales. Madrid, por ejemplo, también ha hecho cuentas. A Ignacio González le sale que es su Comunidad la que más aporta al Estado. ¿Lo hace para demostrar lo solidaria que es? Nada más lejos. Lo hace para pedir más dinero. Es decir, utilizando los argumentos de la Generalitat catalana. Uno de los ataques más clásicos de los nacionalistas españoles contra sus homólogos catalanes suele ser el del dinero. En el fondo, dicen, todas sus reivindicaciones se reducen a que quieren más dinero. Bien, pues eso exactamente lo que está haciendo el gobierno de la Comunidad de Madrid. 

En una declaración que rezumaba tono de campaña electoral y cierta chulería (esto último le viene de serie), Ignacio González dijo ayer que "los madrileños somos solidarios, pero no somos primos". Que es un argumento equiparable a aquel de "no soy racista, pero cada uno en su país". O sea, que González, que tanto ha criticado al nacionalismo catalán, emprende una batalla para pedir más dinero para Madrid, eso que descalifica cuando los que lloran por más financiación son otros. ¿Con qué autoridad moral van después estos dirigentes autonómicos a desdeñar las reivindicaciones del nacionalismo catalán si están actuando igual que ellos? Es muy poco seria esta pelea de patio de colegio entre dirigentes autonómicos. Hace el juego a quienes ven inútil y desgastado el sistema autonómico y sirve de espléndido escenario para las reivindicaciones nacionalistas de toda clase. ¿Cómo van a censurar a los nacionalistas catalanes si luego se despejan igual en busca de un puñado de euros? Lo de abrir un debate sosegado y lejos de la demagogia pueblerina sobre el sistema de financiación autonómica ya si eso lo dejamos para más adelante. Marca España. 

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