La verdad sobre el caso Harry Quebert

La etiqueta de best seller pesa sin duda mucho sobre un libro. Para bien, porque para cierto tipo de lector la referencia de las ventas es importante a la hora de elegir una obra, pero también para mal, porque otros lectores desestiman casi por norma (o sin casi) los libros con el sello de más vendido en su portada. Ya he compartido aquí mi opinión a este respecto en más de una ocasión. Generalmente, está claro que el estante de libros más vendidos no suele ser el lugar más apropiado para encontrar gran literatura, obras particularmente originales, de hondura y bien escritas. Pero también es cierto que el hecho de ser un best seller no convierte por norma a un libro en un mal libro. Las ventas y la calidad no suelen ir de la mano, pero sí pueden hacerlo.

 Además, los libros más vendidos son una bendición para las casas editoriales, que gracias a los ingresos que aquellos les reportan pueden apostar por otra clase de obras con una vocación mucho más minoritaria desde el origen que, de otra forma, se quedarían tal vez acumulando polvo en los cajones. Por último, y voy a la crítica de La verdad sobre el caso Harry Quebert, que es de lo que trata este artículo, pienso que hay momentos para todo tipo de lecturas. A veces apetece más una lectura entretenida, sin grandes pretensiones. En algún momento apetece ficción, en otra ensayos. Novelas de este o aquel género. Más o menos intrincadas. A mí al menos me pasa. Me gusta leer de casi todo.

Sirva este preludio para decir que, ya sea para bien o para mal, La verdad sobre el caso Harry Quebert, de JoëL Dicker arrastra la etiqueta de best seller. Esta novela negra busca resolver el misterio de un asesinato cometido hace muchos años. Transcurre en tres tiempos, 1975, 1998 y 2008. El narrador de la novela es Marcus Goldman, escritor de éxito que tras haber triunfado con su primera novela se enfrenta al síndrome de la página en blanco. Necesita inspiración y tranquilidad y para ello acude a la pequeña ciudad de Aurora, donde vive un afamado escritor, Harry Quebert, que fue profesor suyo en la universidad y que es su mejor amigo, su maestro en el oficio de la escritura. Allí, Goldman descubrirá que su admirado amigo tuvo una relación sentimental con una joven de 15 años, Nola Kellergan, que desapareció en 1975. Cuando el cadáver de la muchacha es encontrado en el jardín de la casa de Quebert con el manuscrito de su novela más exitosa, Goldman hará todo lo posible por demostrar la inocencia de su amigo.

Lo primero que hay que decir del libro, y no conviene contar mucho por su alambicado desarrollo y los muchos giros que da la historia a lo largo de sus más de 600 páginas, es que es un libro tramposo. El autor juega con el lector. Lo hace descaradamente desde el principio, disfrutando de ello. El lector, cuando llega al final de la novela, descubre el embauque y eso, ciertamente, no le desagrada del todo. Sí, es verdad que el escritor te ha mentido de forma palmaria. Pero ahí reside el interés de la novela. Se abusa mucho de la expresión "nada es lo que parece" para relatar obras de ficción. En este caso, desde luego, se cumple este tópico y también aquel que dice que la verdad del caso no se descubre hasta el final del libro.

Por lo demás, es un libro bien escrito, muy por encima del clásico best seller que todos podemos tener en la cabeza. La investigación de Goldman sobre el asesinato de Nolla Kellergan, la introducción de los distintos personajes secundarios, la narración de la historia entre Harry Quebert y la joven... Hay muchos elementos que llenan de atrativo el libro.También es interesante el componente metaliterario de la obra, pues está escrita como una narración de Goldman en su proceso de escritura de un libro sobre el caso Harry Quebert. Se muestran los tira y afloja de Goldman con su editor y, muy valioso, los 31 consejos de Harry Quebert a su alumno Goldman cuando estudiaba en la universidad sobre literatura y el oficio de escritor. En resumen, se trata de una obra muy entretenida, razonablemente bien escrita y con una historia que atrapa. 

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