Día Internacional contra la violencia de género

Hoy, 25 de noviembre, se conmemora el Día Internacional contra la violencia de género. Como siempre decimos, lo mejor que podría ocurrir, el deseo de toda la sociedad, es que esta jornada reivindicativa dejara de tener sentido, que no se tuviera que celebrar. Entonces habríamos logrado el objetivo de erradicar por completo esta lacra machista que cada año cuesta la vida en España a decenas de mujeres. 45 en lo que va de 2013. Lamentablemente, ese día en el que no sea necesario dedicar una jornada en todo el mundo a visibilizar y a denunciar esta situación de violencia está lejano. Todavía hay mucho por hacer y este día internacional tiene aún todo el sentido.

No conseguimos eliminar esta lacra. La violencia de género continúa formando parte de nuestra realidad. Esas terribles noticias de mujeres asesinadas a manos de sus parejas se repiten en las noticias. Distintos puntos de la geografía nacional, distintas edades, distintas clases sociales... El fenómeno es transversal y deriva muy directamente de una ideología extremista y fanática como es el machismo. Ese sentimiento profundamente irracional que lleva a algunos hombres a creerse superiores a las mujeres por el mero hecho de serlos y que les hace pensar que tienen derechos de propiedad sobre sus parejas. Combatir la violencia de género ha de ser, luchar por arrancar de raíz el machismo. Y esa es una labor de todos. Cada miembro de la sociedad puede aportar algo para conseguir que el machismo quede atrás. 

Es una labor de escuela, en primer lugar. Hay que educar en la igualdad. Desde pequeños se debe fomentar el conocimiento y la comprensión, dejar claro que todos nacemos iguales en derechos, que las niñas tienen exactamente los mismos derechos que los niños. En este punto resulta obligado recordar en este Día Internacional contra la violencia de género la terrible situación de millones de niñas en países gobernados por el fanatismo y el radicalismo islámico donde no se permite a aquellas ir a la escuela. Recordamos la admirable lucha de Malala, la joven paquistaní que estuvo a punto de perder la vida por defender desde los 12 años su derecho a poder ir a la escuela, derecho que pisotearon los talibanes. Lo cierto es que todavía hay muchos puntos del planeta donde las niñas viven discriminadas, sin derecho a ir al colegio, explotadas y marginadas. Para ellas también deben ir las reflexiones de este día.

Otra forma de violencia de género es la explotación sexual, un comportamiento criminal  delictivo que supone una forma de esclavitud en pleno siglo XXI para muchas mujeres que son obligadas a prostituirse. Son distintas caras del Día Internacional contra la violencia de género, que en el fondo es la violencia que se ejerce contra las mujeres sencillamente por el hecho de ser mujeres. La violencia machista.

El fenómeno por el que se entiende a la violencia de género habitualmente es del maltrato por parte de las parejas a las mujeres. Las situaciones de maltrato que llegan en el peor de los casos al asesinato, como las brutales 45 historias de mujeres asesinadas por sus parejas. Por el odio machista, por la idea alocada de poseer a la esposa o a la novia. En este campo, una violencia que se ejerce en el espacio privado de cada pareja, es extremadamente importante que la víctima dé el paso de apartarse de su agresor y denunciarlo. Para ello es necesario que perciba el apoyo absoluto e incondicional de la sociedad. Dar ese paso debe de ser muy complicado y las mujeres que se encuentren en una situación tan delicada deben tener la certeza de que, en el momento en el que tomen la decisión de tomar las riendas de su vida y escapar de las garras del maltrato, toda la sociedad estará a su lado y pondrá a su disposición los recursos necesarios para salir adelante y dejar atrás la pesadilla. 

Así, la cuestión presupuestaria en la lucha contra la violencia de género también cobra un papel importante. La protección a las víctimas, la atención a las mujeres que son maltratadas, los hogares de acogida, programas de empleo y ayuda a las víctimas para poder ayudarlas a empezar una nueva vida... Son todas ellas tareas a las que el Estado está obligado. Es un deber con esas mujeres que han sufrido tan terribles experiencias de violencia en su hogar o en su relación de pareja. También son víctimas de la violencia de género los menores, que en muchos casos presencian las agresiones y a quienes esos actos de brutalidad en su casa les marcan para el futuro, les roban para siempre la inocencia y les desequilibran por completo, al presenciar a su padre agrediendo e insultando, haciendo de menos, hundiendo a su madre

En esta lucha por erradicar la lacra de la violencia de género y por extirpar de una vez por todas el machismo de nuestra sociedad debemos estar todos. Desde la escuela, desde cada comentario inocente que se haga en la presencia de niños pequeños. Muchas veces sin querer, sin darnos cuenta, perpetuamos estereotipos machistas. También en la televisión, en series o programas. Por ejemplo, la mujer con una mentalidad abierta que, dueña de su vida, decide tener varias relaciones, rápidamente es insultada. Nada que ver, por supuesto, con el machote clásico que tiene mil y una aventuras. Es sólo un ejemplo de esos estereotipos, de esas ideas totalmente machistas que aún es fácil encontrar en nuestra sociedad. O la mujer como objeto sexual en los anuncios de televisión. Sin intransigencias ni extremismos en la defensa de la noble causa feminista (que ciertamente también existen, y de qué manera), es innegable que hay mucho trabajo por hacer. Si se elimina el machismo se habrá dado un paso de gigante para eliminar la violencia de género, también llamada por algo violencia machista. Tenemos esa obligación moral. No seremos una sociedad completa, justa y libre si consentimos que se perpetúe esta lacra. 

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