Tras disfrutar con Anatomía de un instante y con su última novela, Las leyes de la frontera, he abordado la lectura de Soldados de Salamina, la novela más exitosa de Javier Cercas. Son tres libros ya los que he leído de este autor y lo que puedo decir es que no serán los últimos, porque su estilo narrativo me resulta de un gran interés. Por orden de lectura, Anatomía de un instante me fascinó por el modo en el que a partir de un hecho como la intentona de golpe de Estado del 23-F, el autor construye un ensayo sobre la Transición española y sus personajes, en especial sobre Adolfo Suárez. De Las leyes de la frontera me atrapó la estructura de la obra, su narración y cómo durante todo el libro refleja con maestría los sentimientos de cada personaje, sus reflexiones y esa distinción a la que alude la frontera del título entre unos y otros.
Ahora he leído Soldados de Salamina, un libro especial que el autor publicó en el año 2000 y que no es un relato de ficción en sí mismo, ya que los personajes que aparecen en él son personajes reales y el periodista que busca escribir una novela es el propio Cercas. O parece serlo. Una sugerente combinación entre elementos reales y de ficción. De nuevo, la estructura del libro es original. En él se nos cuenta el proceso que sigue el autor para escribir el libro. Como ocurre en Anatomía de un instante, Cercas parte de un momento aislado para construir todo el relato. En este caso, el fusilamiento del que sobrevivió escapando en el bosque Rafael Sánchez Mazas, fundador e ideólogo de la Falange española, y cómo un soldado republicano que le encontró escondido en unos arbustos no le disparó ni le delató, le dejó marchar. Después, el falangista sobrevivirá en el bosque protegido por un grupo de campesinos.
Javier Cercas construye un "relato real". Así es cómo el periodista de provincias que busca escribir la aventura de Sánchez Mazas, reconstruir esa historia tan novelesca. No es una novela, cuenta el autor en el libro, que tiene como digo mucho de meta literario. El primer capítulo nos muestra la forma en la que esa historia de Sánchez-Mazas llegó a oídos del autor (a través de una entrevista con su hijo, el escritor Sánchez Ferlosio) aquella historia y cómo se siente atraído por ella, hasta el punto de que decide escribir ese "relato real" sobre ella. El segundo capítulo se llama como el propio libro, Soldados de Salamina, y consiste en la reconstrucción de esos hechos. Pero después el autor explica en el libro que se le quedaba cojo, que le faltaba algo, y busca encontrar al soldado republicano que no disparó a Sánchez-Mazas y le dejó escapar. Como el narrador cuenta en el libro "uno no encuentra lo que busca, sino lo que la realidad le entrega".
Esa porosa mezcla entre realidad y ficción, esos artefactos literarios que emplea Cercas, esos nombres reales de personajes que circulan por la novela y el modo en el que el autor de la misma cuenta el proceso de creación del libro son elementos que dotan de gran interés a esta obra. Hay otros dos más que son determinantes para apuntalar su valor. El primero, ya mencionado con anterioridad, el elevado nivel narrativo del autor, algo siempre imprescindible para culminar con una gran obra el relato sobre una historia con todos los ingredientes para desembocar en un muy buen relato. Pero esos ingredientes deben ser condimentados, los mimbres deben ser tratados convenientemente por el autor y aquí Cercas lo hace con una enorme eficacia.
El segundo elemento que aporta gran interés a la novela es el tema de fondo que nos plantea. Narra un episodio de la guerra civil, pero va mucho más allá. Nos acerca al personaje de Sánchez-Mazas, a ese buen escritor que promovió ideas de odio y violencia que condujeron al país a una guerra fratricida. Nos propone una reflexión sobre esa guerra y, en la parte final de la novela, nos acerca a un soldado republicano que combatió en la contienda civil española y después en la II Guerra Mundial al servicio de Francia. Nos habla sobre el olvido en el que han caído esas personas que fueron claves para vencer al nazismo y al fascismo. Nos propone reflexionar y nos muestra con precisión una vida, que en realidad fueron muchas, que merece gratitud y reconocimiento, pero que cayó en el olvido. Un "relato real" muy recomendable que Cercas escribió en el año 2000 y que leo ahora, después de haber gozado con sus dos últimas obras, para constatar el talento literario de este escritor al que seguiré de ahora en adelante. Creo que valdrá la pena.
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