El paro baja en agosto

El gobierno anunció ayer que la cifra de paro en el mes de agosto sería la mejor desde el año 2000 y, naturalmente, así ha sido. Desagrada bastante que este tipo de cifras se adelanten en actos políticos con un mero interés partidista. Las formas ya no se guardan, si es que alguna vez se guardaron en la política española, y nadie parece entender la frontera entre el gobierno y el partido del gobierno, entre los mensajes de un ministerio o cualquier otro organismo público y los mensajes partidistas de una formación política. El día que se publicó la EPA que reflejaba que España había alcanzado la cifra de 6 millones de parados, el ministro De Guindos estuvo inaccesible para la prensa. Pero cuando el dato es bueno, se anticipa para ir creando ambiente el día antes. 

Hecha esta salvedad, que en este caso concreto es una crítica al gobierno actual, pero que es un defecto que comparten todos los partidos políticos con responsabilidad de gobierno, vamos a las cifras. Efectivamente, este agosto ha sido el mejor de los últimos 13 años, ya que por primera vez en todo este tiempo el mes del final de las vacaciones de verano, y por ende del final de los contratos para esta temporada, no se traduce en una pérdida de empleo, sino en una bajada del paro. Exigua, eso sí, pues son exactamente 31 las personas que han encontrado empleo en este mes, según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Pese al descenso del paro, el número de afiliados a la Seguridad Social cayó en 99.069 personas. 

Con este recorte del paro en agosto, la cifra de desempleo lleva seis meses cayendo. Agosto es tradicionalmente un mas para el empleo y ya sólo el hecho de evitar un aumento de número de parados en ese mes es una buena noticia. No sé si para tantas alharacas como hace el gobierno, la verdad. Pero sí podría indicar, esto habrá que verlo en septiembre y más adelante, un cambio de tendencia. El gobierno considera que lo peor de la crisis ha pasado y que muchos indicadores económicos empiezan a dar síntomas de mejora. Señala al gran dato de las exportaciones y del turismo. Se agarra a la menor caída del PIB en el segundo trimestre del año (-0,1%) y a las previsiones de que la economía española vuelva a crecer, aunque tímidamente, a partir ya del tercer trimestre. Los intereses que pagamos por nuestra deuda siguen bajando y la prima se mueve en unos niveles todavía mejorables, pero desde luego lejanos a los registros asfixiantes de hace apenas un año. 

En efecto, hay señales que indican una posible recuperación en el horizonte. Pero lo más importante de todo es el paro. Hay indicadores económicos muy importantes, sí, pero la tasa de desempleo será siempre el termómetro real de esa recuperación. Mientras continúe en niveles terroríficos como los actuales, mientras no se logre construir empleo de manera sostenida y sólida, todos esos brotes verdes para la economía española serán secundarios. Es cierto que la economía debe mejorar primero para luego formar empleo. Es decir, que todo lo que está mejorando es el primer paso para que el empleo tenga un mejor comportamiento. En ese sentido, podríamos estar en el camino. También tenemos todos claro que esto no va a ser pasar de la noche al día, que será un proceso lento. Pero, con una tasa de paro como la actual, chirrían mucho los mensajes excesivamente triunfalistas. Caminamos hacia la recuperación, parece, pero a peso muy lento y aún con un drama social para millones de personas. Una prioridad, la reducción del paro, que no siempre se ha visto clara en los gobernantes, más preocupados de otros indicadores (el déficit, sin ir más lejos). 

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