Las leyes de la frontera

"He aquí una furiosa historia de amor y desamor, de imposturas y violencia, de lealtades y traiciones, de enigmas sin resolver y venganzas inesperadas". Pocas veces el texto de la contraportada de un libro hacen un resumen tan preciso como este párrafo que encontramos en la de la excepcional novela Las leyes de la frontera, de Javier Cercas. Un relato magnífico de un escritor que me cautivó con Anatomía de un instante, la novela-ensayo sobre la intentona del golpe de Estado del 23-F y sobre la figura de Adolfo Suárez. La excelencia narrativa de Cercas se vuelve a situar esta vez en el periodo histórico de la Transición, en este caso para construir un relato de ficción. 

Gerona es el escenario de la historia de El Zarco, un delincuente juvenil que es convertido en una leyenda mediática. En el libro, un escritor se propone escribir su vida y lo hace entrevistando a personajes que lo han conocido. Sobre todo, Ignacio Cañas, el verdadero protagonista de la novela, o al menos el personaje que lleva el peso del libro. Un adolescente de clase media que cruza la frontera hacia los barrios bajos de la ciudad huyendo de sus problemas en el instituto y allí entra en contacto con la pandilla del Zarco. Ese encuentro con él y con Tere, una chica de la que se enamora perdidamente, cambiará su vida para siempre. El libro está construido en forma de transcripción de las entrevistas que ese escritor que busca narrar la historia real del Zarco hace a Cañas y otros personajes que entraron en contacto con él en algún momento de su vida.

Las leyes de la frontera sigue un ritmo trepidante y a la vez, combinación ésta nada sencilla, propone al lector profundas reflexiones por el contraste entre dos mundos sociales, el estudiode los sentimientos que mueven la acción de los personajes de la historia o las muchas preguntas sobre la compleja vida de aquellos, todos con sus debilidades y temores, con sus heridas del pasado, con sus insatisfacciones y frustraciones, con sus contradicciones y principios . Volviendo al texto de la contraportada, "un relato que no concede un instante de tregua", pero con temas de calado. La estructura narrativa ayuda a aumentar aún más el interés del lector, ya que en ocasiones se hace alusión en las entrevistas preparatorias del libro ficticio a hechos que el lector desconoce. Lo que comienza como una aventura peligrosa, un viaje al lado oscuro, a la parte arriesgada de la frontera que da título al libro, de un adolescente Ignacio Cañas se convierte en un hecho trascendente para su vida futura. Tres décadas después de aquel encuentro, que se sitúa en el verano de 1978, la historia del Zarco seguirá persiguiéndole y capitalizando sus pensamientos y acciones

Dos elementos que marcan a Cañas son el amor que siente por Tere y su deslumbramiento ante la figura del Zarco, ese pandillero fascinante y cuasi heroico que dibujan las películas dedicadas a él, esa víctima de la sociedad, ese mito que poco tiene que ver con la persona que hay detrás, Antonio Gamallo. Precisamente, la dualidad entre la persona y el personaje es uno de los puntos fuertes de la novela. Otro de ellos es el pasado y el peso que éste tiene en el presente del personaje de Cañas, convertido en abogado de éxito pasados los años. Quizá porque uno aún no tiene edad para vivir esta clase de reencuentros con personajes que fueron importantes en su vida hace 20 años, me despiertan gran fascinación los relatos de este tipo. Cómo los personajes comparten algo que pasó hace mucho tiempo, pero que construyó un vínculo que en el fondo, pese a la incomunicación de años, les mantiene unidos. Cómo se reconocen en gestos, incluso, que conserva la otra persona, o en la imperturbable esencia de su mirada. La relación que guarda Cañas con ese verano salvaje de su vida. Ese es el eje de acción de una novela, como digo, con no pocos temas de calado en los que los amantes de la buena literatura pueden recrearse. 

Este libro es muy recomendable. No quiero desvelar más de la cuenta sobre la historia del Zarco y los vaivenes en la relación que Cañas tiene con los pandilleros con quienes cruzó la frontera. Un último apunte. Todos los personajes de la novela  guardan un gran interés, están muy logrados por el autor. El Zarco, por la dualidad entre la persona y el personaje. Tere, por el sentimiento de lealtad hacia el líder de la pandilla de delincuentes en su juventud y por su relación con Cañas. Este último, por todo lo que para él significó su incursión accidental en la banda y por las huellas que este hecho deja en su personalidad. Novela para pensar, para disfrutar de una historia potente narrada de forma impecable. 

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