Tragedia en Santiago

Absoluta conmoción en todo el país por la terrible tragedia de tren sucedida ayer por la tarde en Santiago de Compostela, en vísperas del día grande de esta ciudad. Las fiestas han sido suspendidas, como rotas han quedado las vidas de al menos 77 personas fallecidas en el siniestro. El descarrilamiento de un tren Alvia que hacía el trayecto Madrid-Ferrol ha dejado también 140 heridos de diversa consideración. Como suele ocurrir en estos casos, las primeras informaciones alertaban de que podía tratarse de una tragedia de enormes proporciones que, lamentablemente, a lo largo de la noche ha ido engordando la lista de muertos y heridos. 

Las primeras hipótesis señalan a un exceso de velocidad del tren en la curva de A Grandeira, a cuatro kilómetros de Santiago. La Voz de Galicia recogió las declaraciones de uno de los dos maquinistas del tren siniestrado minutos después del accidente. Los dos salvaron la vida. En ellas, completamente aturdido por el drama, declaraba "descarrilé, qué lo voy a hacer". Las primeras investigaciones, como decimos, apuntan a que el tren duplicaba la velocidad permitida en esa curva. O incluso más. Es pronto para afirmaciones contundentes y cerradas, pero el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, ha afirmado que en el momento de producirse el accidente el tren iba a 220 kilómetros por hora, cuando en esa zona la velocidad máxima debería ser de 80. Fuentes de Renfe rebajaban esa velocidad e indicaban que marchaba a 180 kilómetros por hora. Es decir, más del doble de lo normal. En todo caso, un portavoz de la compañía declaró que es aún aventurado atribuir la tragedia al exceso de velocidad. 

En cualquier caso, lo más importante ahora es la atención a las familias de los fallecidos y a los heridos por el terrible accidente ferroviario, uno de los más graves de la historia de nuestro país. A lo largo de la mañana se harán las autopsias y los reconocimientos de los cadáveres. Personas que emprendían un trayecto camino de las fiestas, vacaciones u otras labores y cuya vida se perdió para siempre entre un amasijo de hierros. El tren descarriló por completo y varios de los vagones han quedado totalmente destrozados. 

Las tragedias sacan también lo mejor de las personas y ayer se vivió una conmovedora entrega solidaria de los vecinos que viven cerca de la curva donde ocurrió la tragedia. Al instante de ocurrir el accidente, decenas de vecinos bajaron a las vías para socorrer a los viajeros del tren siniestrado. Lograron sacar de los vagones a muchos heridos. La mejor cara del ser humano, esa entrega y esa solidaridad con quienes han sufrido una tragedia de la manera. Lo más horroroso, la espera de las familias durante toda la noche para conocer información sobre su ser querido que viajaba en el tren. 

Hoy llegarán a Santiago de Compostela el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la ministra de Fomento, Ana Pastor. Todos los actos conmemorativos del día de Santiago, patrón de Galicia y de España, han sido suspendidos en la capital compostelana. La misa en honor al santo será sustituida por una misa  para orar por las víctimas de este espantoso accidente que ya está siendo investigado. La tragedia, la muerte que acecha y nunca sabes cuándo puede asestar un golpe tan terrible como el que ayer dio. 77 personas fallecidas en el accidente de tren de Santiago. Descansen en paz. 

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