Fundido a negro en Grecia

El cierre de un medio de comunicación amputa un trozo de democracia. El país en el que un medio es clausurado se convierte automática en un país menos plural, más indefenso. Una sociedad peor informada, con menos derechos. Si el medio que cierre es la radiotelevisión pública, como es el caso de Grecia, estamos ante un verdadero escándalo y ante un duro golpe a la libertad de información y a los derechos de los ciudadanos. Porque los medios públicos no pertenecen al gobierno de turno. Son propiedad de los habitantes de ese país. En esa ventana que ahora se va a negro por decisión del ejecutivo griego, los ciudadanos tenían un canal a su servicio. O deberían tenerlo, al menos. 

No conozco la realidad de los medios públicos en Grecia, por lo que no puedo decir si sus informativos están burdamente al servicio del gobierno o no. Pero, en cualquier caso, que una televisión pública no cumpla con sus principios básicos no significa que no sea necesaria. Lo que significa es que el gobernante está estafando a los ciudadanos y está sacando provecho de un medio que debe tener como finalidad ejercer un servicio público plural para todos y no un instrumento de partido. De eso en España sabemos bastante. La excusa de presentar la realidad de muchos medios públicos prostituidos por los gobiernos de turno como una prueba de la inutilidad de aquellos es impresentable. No se sostiene. Lo que demuestra en realidad es el sectarismo y la irresponsabilidad de los gobernantes

Perdón por la disertación. El caso es que desde hoy, Grecia es un país peor informado y, por lo tanto, menos plural, con menos libertad y menos democracia. El gobierno heleno asegura que cierra la radiotelevisión pública de manera temporal y por motivos económicos. El ente público ERT "derrocha" mucho dinero y está sobredimensionado, asegura. Su plantilla era de unos 2.656 trabajadores y costaba 300 millones de euros. Según el portavoz del gobierno griego, Simos Kedikoglou, el medio "tiene un coste tres veces superior, en algunos casos siete veces superior, a otros canales y una plantilla cuatro veces, incluso seis veces, superior a sus rivales y una audiencia inferior". El plan del gobierno es sustituirlo por una nueva entidad con 700 empleados y un ahorro estimado de 100 millones de euros.

La oposición griega, incluso los partidos que componen el gobierno en coalición con el conservado Nueva Democracia del primer ministro Andonis Samaras, han criticado esta decisión. Como muy acertadamente denunció la formación izquierdista Syriza, "es impensable que en un país europeo deje de funcionar una televisión pública, ni siquiera por espacio de una hora". Así es. Pierden esos trabajadores que se van a la calle y que no tienen la más mínima responsabilidad en la mala gestión que sus superiores o os gobiernos de turno hayan llevado a cabo en el canal. Pierden los ciudadanos griegos, que de momento se quedan sin su radio y su televisión pública. Pierden todos.  

Es muy probable que la radiotelevisión pública griega haya estado, en efecto, mal gestionada, que esté sobredimensionada y que haya sido muy opaca en sus cuentas. De todo ello, también tenemos cierta experiencia en España con algunos ejemplos poco entendibles de televisiones autonómicas desorbitadas. Pero la culpa de eso no la tienen los trabajadores ni los ciudadanos. Si de verdad lo que se pretende es reestructurar el canal, no se cierra y luego ya veremos, como han hecho en Grecia. Se pueden buscar fórmulas para mantenerlo abierto. 

Los medios públicos son necesarios. Reconozco que tienen mil y un defectos en su gestión financiera o de personal. Habrá que arreglarlos, pero los medios públicos siguen siendo elementos imprescindibles en toda sociedad. Es lamentable que en muchos casos esos medios públicos sean utilizados por los gobernantes para propagar sus ideas y llenar de manipulación y sesgo ideológico sus informativos. Como impresentable es que el gobierno griego, por mejor decir el partido de su primer ministro, ya que los otros partidos que forman el ejecutivo no están de acuerdo con esta medida, cierre la radiotelevisión pública por decreto.

Por otro lado, esta medida es una consecuencia más de las exigencias del rescate financiero a Grecia. Se saca dinero de donde sea. Pensiones, educación, sanidad. Todo se recorta. El resultado es que la macroeconomía no  mejora y los ciudadanos sufren una situación cada vez más insostenible. Están asfixiando al país. La troika está causando un terrible daño a la cuna de la democracia. Los griegos no tienen absolutamente ningún motivo para mirar con buenos ojos a la UE o al FMI. ¿Cómo se van a sentir europeos? ¿Cómo van a sentir que están siendo ayudados si no ven más que hachazos a su nivel de vida? ¿Quién va a explicar a los griegos que se han visto obligados a salir a la calle y lo han perdido todo que esto que le están haciendo desde fuera se llama "rescate" y es un "plan de ayuda" de sus "amigos" europeos? De momento, la troika puede aprovechar estos días mientras que el gobierno griego crea esa nueva entidad de radiotelevisión pública para seguir haciendo de las suyas. Los ciudadanos están peor informados, mucho más indefensos. La democracia se sigue debilitando en Grecia, el país que nos la entregó. 

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