Estados Unidos mueve ficha en Siria

Ben Rhodes, viceconsejero  de Seguridad Nacional de Estados Unidos, ha anunciado que su país prestará ayuda militar a los rebeldes sirios tras certificar el uso de armas químicas contra la población civil por parte de Al Assad. Al parecer, la Administración estadounidense ha detectado ataques con gas serín que habrían matado a entre 100 y 150 personas. "Aunque la letalidad de los ataques representa sólo una parte de la pérdida catastrófica de vidas en Siria, que ahora asciende a más de 90.000 muertes, el uso de armas químicas viola las normas internacionales y cruza las líneas rojas claras que han existido en la comunidad internacional durante décadas", afirmó Rhodes.

Para Barack Obama, el uso de armas químicas era una línea roja. Había declarado en varias ocasiones que si el régimen sirio daba este paso, Estados Unidos actuaría de manera más decidida en la guerra que desangra al país. En abril, el presidente estadounidense afirmó que sus servicios de espionaje habían hallado indicios de que Al Assad había utilizado gas sarín contra los rebeldes sirios. Servicios de inteligencia de países como el Reino Unido o la propia Naciones Unidas ya habían alertado también del uso de este tipo de armas. Ahora, la Administración Obama se decide a dar un paso al frente. Mueve ficha y aumentará el apoyo que ofrece a los rebeldes sirios, que hasta ahora se limitaba al apoyo logístico no letal. El temor de que las armas enviadas a los rebeldes acabaran en malas manos (hay grupos radicales infiltrados en el bando opositor a Al Assad) era el que frenaba al presidente estadounidense. Al parecer, la constatación de que el dictador sirio ha traspasado la línea roja en un conflicto que ya ha dejado 93.000 muertes, según la ONU, ha provocado un cambio de actitud de presidente.

Tal y como explicó el viceconsejero de Seguridad Nacional estadounidense, "Estados Unidos dará apoyo directo al Consejo Militar Supremo y eso incluye apoyo militar". Aunque no detalló el tipo de ayuda que se enviará a los rebeldes sirios, explicó que "tendrá un alcance mayor de lo que hemos dado hasta ahora". Reconoció que "la implicación de Irán y Hezbolá ha añadido urgencia al asunto". De momento, descartan establecer una zona de exclusión aérea porque considera que "crearía más problemas en Siria de los que creó en Libia y no garantizaría una mejora de la situación". 

Está por ver, por lo tanto, cómo se concreta el envío de ayuda militar que Estados Unidos ha decidido entregar a los rebeldes sirios y qué implicaciones tiene este nuevo movimiento en el escenario sirio. Hasta el momento, la actuación de Obama en el conflicto sirio se podía definir casi de "no actuación". Con bastante pasividad, con excesiva mesura, con una medición de los tiempos muy tranquila y con auténtico pavor desde el principio a tomar la iniciativa en la búsqueda de una resolución al problema. De retirada de las guerras en las que su antecesor metió al país, Obama no ha querido ni oír hablar de conflictos y nunca ha visto del todo claro actuar en Siria. Eso, en contra de la opinión de la oposición republicana en Estados Unidos, que le ha presionado permanentemente para que diera un paso adelante, y también de algunos de sus más estrechos colaboradores. Hillary Clinton, sin ir más lejos, era partidaria de actuar. Sus aliados árabes también reclamaban desde hace tiempo que contrarrestara la fuerza de Al Assad (respaldado por Rusia e Irán, entre otros) en el conflicto civil sirio.

Ahora, es de esperar que la reacción de Rusia a este movimiento de Estados Unidos sea más bien negativa. El país presidido por Vladimir Putin es uno de los grandes apoyos internacional del régimen de Al Assad y anunció hace unos meses que vendería potentes anti misiles a Damasco. Veremos cómo actúa Rusia, no sería de extrañar que afianzara aún más su respaldo al dictador. Mientras, sobre el terreno, la milicia libanesa de Hizbolá interviene en el conflicto desde hace un mes al lado de Al Assad y se multiplican los riesgos de un conflicto sectario en el país entre suníes y chíies. Todos estos movimientos irritan a Israel, que ha amenazado con atacar a Siria si Rusia vende finalmente esos anti misiles. En resumen, un escenario cada vez más complejo en el que hay que tener en cuenta lo más importante. Que un país se está desangrando, que este conflicto ha dejado ya 93.000 muertos y, digámoslo con claridad, que la comunidad internacional no ha estado a la altura en ningún momento. 

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