15 años y un día


El domingo conocíamos la noticia del fallecimiento a los 78 años de Elías Querejeta, clásico productor que según todos los expertos fue una figura trascendental en la historia del cine español. Ese mismo día fui al cine a ver la última película de su hija, Gracia Querejeta. Fue conmovedor leer en pantalla la dedicatoria que la cineasta ofrece a su progenitor en los créditos finales de la película. "A mi padre", reza el texto con el que se cierra la proyección. Elías Querejeta llevaba tiempo muy enfermo. No se me ocurre mejor homenaje a un hombre del cine como él que una gran película. 15 años y un día entra perfectamente en esa definición. Es un filme bien narrado, con una historia cotidiana que resulta de gran interés. Muy buenas interpretaciones, razonablemente buenos diálogos (mejorables en alguna escena). En fin, un balance global notable.

La película narra la historia de Jon (Arón Piper), un adolescente rebelde (esto es casi una redundancia) y algo conflictivo que vive con su madre Margo (Maribel Verdú). Tras ser expulsado del colegio por alguna que otra gamberrada, su madre decide enviar al chaval una temporada con su abuelo Max (Tito Valverde), un estricto militar retirado. En Alicante, que es donde reside Max, el joven Jon conocerá a un grupo de jóvenes y, sobre todo, convivirá con su abuelo. Los dos sacan algo provechoso de esta experiencia. Maz es metódico, especial, bastante huraño y solitario. La llegada de su nieto será una revolución en su vida. 

Ese periodo explosivo y altamente inestable que es la adolescencia es uno de los temas de la película, pero no el único. Como aquella frase célebre de Leon Tolstoi , "todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera". Una de las expresiones literarias más repetidas, por la gran verdad que expresa. En este filme, cada personaje tiene sus propios miedos y debilidades. Todos ellos esconden en parte sus sentimientos, se protegen bajo una máscara. Todos llevan dentro heridas, desengaños, insatisfacciones, temores. La madre de Jon, una actriz de medio pelo que busca papeles en anuncios televisivos y series de sobremesa. La abuela de éste, resentida y dolida por la separación con Max. El personaje de Max, por supuesto, que como se dice de él en algún momento de la película esconde sus sentimientos bajo treinta capas. La inspectora de policía y amiga de Max que interpreta Belén López, con una gran tristeza por algo que ocurrió en el pasado y le atormenta en el presente porque quiere remediarlo y no puede. Los adolescentes que conoce Jon en la localidad donde vive su abuelo, todos ellos con una mezcla de inseguridad, autosuficiencia engañosa y confusión. 

Como digo, la nota que pondría a esta película es alta. Notable asegurado. Las pocas pegas que puedo encontrarle no tienen suficiente peso como para impedir que la balanza se incline en favor de una buena calificación a la cinta. Una historia sencilla cotidiana muy bien contada. Unos personajes construidos con gran acierto y precisión. Unas magníficas interpretaciones. ¿Qué más se puede pedir? Sobre esto último, la tónica predominante de la película es más que correcta. El nivel es elevado. Sobresale Maribel Verdú, con una interpretación prodigiosa, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados. Agrada mucho volver a ver en acción a un actor tan solvente como Tito Valverde, al que teníamos algo olvidado desde que lo vimos en la serie televisiva El Comisario. De la televisión recuerdo también a Belén López, que da vida a un personaje importante en la trama con gran profesionalidad.

Dejo para capítulo aparte, porque lo merece, a Arón Piper. El joven hace una interpretación formidable. En una película donde la historia del adolescente protagonista es central, que su actuación sea creíble y esté a un gran nivel es trascendental para el resultado final del filme. Pues bien, Piper cumple con nota. No le había visto actuar nunca antes y me he llevado una grata sorpresa. Impecable actuación que completa además poniendo voz al rap de los títulos de créditos finales, que se llama como la película y resume la historia del joven protagonista. El resto de actores adolescentes que intervienen en la cinta también cumplen, pero lo de Piper es sencillamente soberbio. 

En resumen, una buena película que no dudo en recomendar y que demuestra, una vez más, que en España sí se hace buen cine. Por supuesto que se hace, a pesar de los pesares. Los miedos e inseguridades de personajes reconocibles, muy verosímiles. Una historia creíble sobre los temores de varios personajes narrada con maestría, sin algarabías ni excesos de ninguna clase. Una cinta dramática, pero con un poso tierno. Momentos tristes, de impotencia, de miedo, al lado de otros más optimistas que invitan a la esperanza. Personajes con sus fracasos y alegrías a cuestas. En fin, la vida misma. 

Comentarios