La conjura de los necios

Voy a hablar de una de las novelas más brillantes y probablemente la más divertida que ha caído en mis manos. La conjura de los necios, una obra escrita en la década de los 60 que fue publicada, de forma póstuma, en 1980, once años después de que su autor, John Kennedy Toole, se suicidara. El libro ganó el Premio Pulitzer. No me extraña. Hay obras buenas, obras interesantes, obras recomendables, obras altamente recomendables y luego están las obras como ésta. Excepcional.

Los personajes de la novela y las situaciones que retrata el autor son hilarantes y hacen un retrato irónico de la sociedad estadounidense del momento. Ignatius J.Reilly, el protagonista del libro, es un treinteañero obeso e inadaptado que vive con su madre en una humilde casa de Nueva Orleans. El editor de la novela, Walker Percy, lo define a la perfección: "un Oliver Hardy loco, un Don Quijote gordo, un Tomás de Aquino perverso, todo en uno". Así es, cual Quijote Reilly busca combatir la mediocridad y la perversión del siglo XX, que no para de criticar en un relato que escribe para denunciar todos sus defectos. 

El protagonista principal es memorable, sólo por su construcción esta novela es notabilísima. Pero el autor no se quedó ahí y rodeó a este personaje incalificable de otros completamente disparatados como el simpático negro Jones, la secretaria Trixie o la propia madre de Ignatius. Lo mejor es leer la novela, por lo que no me extenderé demasiado en la crítica ni adelantaré gran cosa del contenido. Léanla, de verdad. Háganme caso. Hay situaciones disparatadas y terriblemente divertidas. Destaca sobre la excelencia narrativa que caracteriza a la novela la particular relación epistolar que Ignatius mantiene con una antigua amiga, Myrna Minkoff. Mientras que el protagonista piensa que la sociedad que vive carece de valores, despotrica de todo lo que emite la televisión, la encanta asistir al cine para denunciar los "abortos" y las aberraciones que perpetran los directores y los actores y actrices de moda, suele recomendar que se azote a personas sin moral ni ética y un largo etcétera; Myrna es una joven idealista prototípica de la década de los 60 en Estados Unidos. Pacifista, feminista, abierta en cuestiones sexuales... Todo lo contrario que Ignatius, pese a lo cual uno y otra mantienen esta relación y parecen necesitarla, incluso depender de ella.  

La relación de amor-odio (dicen que los polos opuestos se atraen) entre estos dos antiguos compañeros de la universidad será un eje vertebrador de la novela. El otro, sin duda, las experiencias de Ignatius en sus respectivos trabajos. Él se dedica a escribir una crítica sin piedad contra la sociedad en la que vive. Defiende una moral medieval. En unos cuadernos va analizando el grado de perversión del mundo en el que vive desde su punto de vista. De ahí que tenga un paralelismo con Don Quijote. Porque él saldrá a la calle y verá el mundo desde una perspectiva arcaica y que va contra los tiempos. La diosa Fortuna le jugará malas pasadas, por ejemplo.  Una circunstancia que ocurre al principio de la novela obligará a Ignatius a buscar trabajo. A partir de ahí, tendrá que mezclarse con el sistema capitalista que tanto detesta y eso dará lugar a situaciones muy divertidas.Conocerá a personajes estrambóticos, totalmente disparatados. 

Haciendo memoria, no recuerdo haber leído ninguna novela con la que me haya divertido tanto como con La conjura de los necios. Hay pasajes en los que es imposible contener la risa. Todo ello, con un humor inteligente y lleno de ironía. Lo dicho, léanlo y me cuentan. Es una lástima que Toole se suicidara. Por el hecho en sí, por supuesto, y porque la narrativa perdió a un talento como no hay dos. Él presento La conjura de los necios ante varias editoriales, pero ninguna lo aceptó. Después de quitarse la vida, su madre insistió para que Walter Percy leyera el libro. Naturalmente, como él mismo cuenta en la introducción a la obra, la novela le cautivó. Tan sólo tiene otra obra publicada, La Biblia de Neón, que escribió con 16 años y que el propio autor consideraba demasiado juvenil y poco madura. Aún así, se publicó tras el gran interés despertado por la publicación de La conjura de los necios, Premio Pulitzer en 1981. 

Leyendo esta obra pensaba en el gran éxito que tendría una adaptación cinematográfica de la misma. Ahora, buscando información sobre el autor para este artículo, veo que existe un proyecto para llevar al cine La conjura de los necios. Auguro un éxito, porque las cómicas situaciones que retrata la novela y los peculiares personajes que desfilan por sus páginas pueden dar mucho juego. Es un proyecto de James Bobin y el productor Scott Rudin. Otros directores habían intentado antes llevar a la pantalla grande esta novela como Harold Ramis en los 80 o Steven Soderberh, que escribió una adaptación de la misma para David Gordon Green. Veremos si este nuevo intento salga adelante. Independientemente de lo que ocurra, repito y perdón por mi insistencia, no dejen escapar la ocasión de leer esta magnífica novela. No se arrepentirán. 

Comentarios

Javier Escolar ha dicho que…
Me alegro de que te haya gustado la recomendación. Me ha entrado el gusanillo de leerlo de nuevo. Sobre la posible película, no estoy seguro de que en hora y media se pueda hacer algo equiparable a la enorme gracia que tiene toda la novela.