La semana va de regresos, de "añoranzas melancólicas", que diría Montoro. Si el martes José María Aznar dejó caer en una entrevista en Antena 3 que podría volver a la primera línea de la política, hoy nos despertamos con una entrevista del juez Baltasar Garzón en el diario El País donde asegura que "es momento de participar en política, el panorama es bochornoso". Veremos si se concreta el regreso a la política de Garzón, que formó de parte de ella años ha en un fugaz y algo tormentoso paso por el Partido Socialista. De su retorno sí habíamos oído algo más con anterioridad, de hecho lo comentamos de pasada en este blog cuando analizábamos el segundo aniversario del 15-M. No por ello dejan de ser las suyas unas declaraciones de indudable interés.
Hace tres años, fue apartado de la carrera judicial por las escuchas a algunos investigados en la trama Gürtel, Garzón se ha dedicado a distintos trabajos relacionados con su profesión como la defensa del creador de Wikileaks, Julian Assange (el defensor de la transparencia menos transparente que uno haya conocido, dicho sea de paso); la presidencia de una fundación o la dirección del Centro Internacional de Promoción de los Derechos Humanos en Argentina. Ahora, piensa en dar un paso adelante y comprometerse políticamente. Considera que es el momento de hacerlo. La entrevista no dejará indiferente a nadie, pues Garzón es de esas personas que provoca sentimientos dispares. Es admirado, casi venerado por algunos y detestado por otros. Un juez que luchó de forma valiente y decidida contra el terrorismo y el narcotráfico. Alguien que se decidió a investigar los crímenes del franquismo y al que se condenó por una cuestión formal en la investigación de la trama de corrupción Gürtel que afecta al PP. Unas condiciones magníficas para ser un héroe en la izquierda y un personaje odiado en la derecha.
Garzón asegura en la entrevista al diario El País que "estamos asistiendo a un panorama bochornoso por parte del gobierno. Las posiciones ideológicas son muy preocupantes y ante eso nadie puede permanecer indiferente": Ahora bien, descarta por el momento presentarse a unas elecciones: "yo ya estoy haciendo política a través del debate, la denuncia, la exigencia. Pero no voy a ir en ninguna lista. No soy partidario. Sí lo soy de que la sociedad civil se implique en la política".
Define su posición ideológica como "una izquierda progresista en la que cabe el PSOE, IU, iniciativas ciudadanas". Durante la entrevista hace más de un guiño a las iniciativas ciudadanas. Muchos creen que por ahí puede ir su hipotético regreso a la política. No se arrepiente de su paso por el PSOE. "Creí que podía hacer más fuerza para cambiar algunas cosas y me equivoqué. Cuando me di cuenta, me marché", asegura. Otro guiño más, este con tintes autobiográficos: "desde el gobierno y desde el PP se criminaliza a la gente que hace escraches cuando el gobierno está haciendo escraches oficiales contra los jueces que investigan la corrupción: les atacan, les denuestan, les acusan de afán de protagonismo".
Define su posición ideológica como "una izquierda progresista en la que cabe el PSOE, IU, iniciativas ciudadanas". Durante la entrevista hace más de un guiño a las iniciativas ciudadanas. Muchos creen que por ahí puede ir su hipotético regreso a la política. No se arrepiente de su paso por el PSOE. "Creí que podía hacer más fuerza para cambiar algunas cosas y me equivoqué. Cuando me di cuenta, me marché", asegura. Otro guiño más, este con tintes autobiográficos: "desde el gobierno y desde el PP se criminaliza a la gente que hace escraches cuando el gobierno está haciendo escraches oficiales contra los jueces que investigan la corrupción: les atacan, les denuestan, les acusan de afán de protagonismo".
El motivo por el que fue condenado e inhabilitado como juez fue ordenar escuchas en prisión de las conversación entre acusados de la trama Gürtel y sus abogados. Garzón asegura que volvería a hacerlo porque "tomé medidas para que el derecho de defensa quedara perfectamente protegido y no había ninguna norma que me impidiera tomar esa decisión". Va más allá al afirmar que "el juez creó el delito para condenarme, la sentencia estaba escrita de antemano".
Opina sobre otras cuestiones de actualidad. Cree que la imputación de la infanta Cristina estaba motivada y que la hija del rey "tendría que haber comparecido voluntariamente y colaborar con la justicia". Considera que se deben tomar "medidas que conduzcan al final del terrorismo" y se muestra partidario, o eso se lee entre líneas, de que Arnaldo Otegi sea puesto en libertad. "Quizá en determinados momentos la prisión no es el lugar más adecuado. Hay alternativas y se deben plantear para conseguir un espacio para la paz", dice.
Veremos en qué queda ese jugoso titular ("es momento de participar en política"). De momento, el juez Garzón no está pensando en concurrir a unas elecciones en las listas de ningún partido político, o eso dice. Pero el panorama parece idóneo para que se forma alguna coalición de izquierdas en la que el magistrado suspendido temporalmente decida dar un paso adelante. No podemos descartarlo en absoluto. El martes, Aznar enseñó la patita. Dejó caer. Más o menos, salvando todas las distancias (abismales, en este caso) Garzón ha hecho lo mismo con esta entrevista en El País. Cree que hay que implicarse políticamente. De momento, con la crítica y la denuncia. Igual que el expresidente, de momento, se conforma con los actos de FAES y sus conferencias para mandar puyitas a Rajoy. De momento. Todo es de momento.
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