El lenguaje de la crisis

El Monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla (La Rioja) acoge un año más un seminario para reflexionar sobre nuestro idioma. Esta VIII edición del Seminario Internacional de Lengua y Periodismo lleva por título "El lenguaje de la crisis", a pesar de lo cual hay gente a la que le extrañó que la princesa Letizia hablara en su discurso del lenguaje de la crisis. Un gran discurso, por cierto. "La crisis tiene su propio lenguaje y su utilización también puede ser intencionada. Y no es lo mismo decir ayudas que rescate, recesión por crecimiento negativo o reestructuración en vez de recortes". 

Tiene mucha razón doña Letizia en esa afirmación. El titular jugoso fue el de la utilización del lenguaje de la crisis, de ciertas palabras intencionadamente. Hay quien llega a afirmar que la princesa se metió en política. No sé. Creo que es importante señalar el contexto en el que se produjeron sus, insisto, acertadas y coherentes palabras. Fue en un congreso sobre la lengua española titulado "El lenguaje de la crisis". Igual o habría quedado muy bien que la princesa hablara, no sé, del "lenguaje deportivo", por ejemplo. Su intervención se centró en lo que está estudiando en el seminario. Ni más ni menos.

Más allá de la polémica o el cierto morbo de su discurso, creo que lo más interesante es señalar la importancia de la cuestión abordada en este seminario. Porque, en efecto, la crisis tiene su propio lenguaje, porque hay términos nuevos que han sido introducidos en nuestras conversaciones diarias que antes de la irrupción de la crisis económica no empleábamos y desconocíamos, porque hay hay palabras que han adquirido connotaciones distintas. "Que la economía y todo lo que tiene que ver con ella importa más que nunca a los ciudadanos es una obviedad", dijo ayer doña Letizia.

Sobre el  significado de la propia palabra "crisis" reflexionó la princesa: "crisis es cambio brusco, es mutación importante, es momento decisivo. Algunos piensan que, puesto que en la primera acepción de nuestro diccionario se contempla que ese cambio brusco puede ser para mejorar o para empeorar, la palabra crisis ha sufrido un cambio semántico. Porque, a estas alturas, quizá no sean muchos los que otorguen a la palabra crisis esta connotación positiva". 

Hoy concluye el seminario en el que periodistas y economistas debaten sobre el uso de metáforas y eufemismos a la hora de informar sobre la crisis económica. En todas las intervenciones de ayer había un hilo conductor: hablar claro a los ciudadanos, llamar a las cosas por su nombre, no despistar. "No me interesa demostrar lo que sé; lo que quiero es que se me entienda", dijo en su intervención José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney y profesor de Economía de Icade, que es un habitual en los medios de comunicación y se caracteriza por la claridad en sus exposiciones, algo que los ciudadanos que no somos expertos en economía agradecemos. 

También intervinieron periodistas de la talla de Soledad Gallego Díaz (El País) y Lucía Méndez (El Mundo). "Hay palabras que han nacido para despistar", aseguró con mucha razón la primera, quien cree que "la crisis nos ha hecho pobres en lo económico, pero nos ha dado un vocabulario muy rico". Lucía Méndez, para mí una de las mejores columnistas de España en la actualidad, aseguró que "los medios tenemos la obligación de hablar claro y de llamar a las cosas por su nombre". Cree que "los periodistas debemos dar voz a las víctimas de la crisis con palabras que entienda todo el mundo". Concluyó apelando a la responsabilidad de los medios de comunicación al asegurar que "tenemos que explicar las cosas claras, sin eufemismos, porque si no lo hacemos nosotros no lo hace nadie".

La princesa Letizia afirmó en su discurso inaugural espera que del congreso salgan "guías claras" para "afinar con las palabras lo que pensamos", algo que "agradecerán los ciudadanos, periodistas o no". Ángel Gabilondo, filósofo y catedrático de Metafísica, declaró en su intervención que "la crisis pone en juego no simplemente lo que hacemos, sino quiénes somos". Añadió que "sin cultura y educación, la crisis tomará su palabra y no será la nuestra".  Interesantes y necesarias reflexiones las que se están exponiendo en este seminario. 

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