Tesis sobre un homocidio

Ricardo Darín es uno de esos actores por los que siempre vale la pena pagar una entrada. Empecemos por ahí. Su sola presencia en el reparto eleva el interés de cualquier película. Además de su espléndida actuación, Tesis sobre un homicidio cuenta con otras virtudes reseñables. Estamos ante un trhiller muy bien construido, una historia de misterio e intriga que mantiene al espectador en tensión pegado a la butaca hasta el último plano. Una buena historia, unos buenos diálogos y un duelo interpretativo en el que Alberto Ammann está a la altura de Darín, y no es sencillo. He de decir que Ammann me ha gustado en todas las películas en que lo he visto.

Darín da vida al personaje de Roberto Bermúdez, un abogado y profesor de Derecho Penal que imparte un seminario en la universidad. Entre sus alumnos está Gonzalo, engreído e inteligente joven al que interpreta Ammann. Un suceso trágico (el homicidio al que se alude en el título de la cinta) lo desencadena todo. El profesor sospecha de su aventajado alumno. Cree que él es el culpable del asesinato. Por eso se dedica a investigar basado en una de las lecciones magistrales que da a sus alumnos en el seminario de Derecho: todo está en los detalles.

La película invita al espectador a jugar, a sospechar,a reflexionar, a seguir de la mano del abogado esa investigación para saber qué esconde su brillante alumno, si está o no detrás del asesinato. Está muy bien escrita y hay grandes diálogos en ella, sobre todo los que mantienen los personajes de Ricardo Darín y Alberto Ammann sobre la justicia. Si acaso, algunos de esos "detalles" que constituyen los indicios por los que el personaje de Darín sospecha de su alumno parecen poco sólidos, uno en especial. Por otro lado, hay un par de alusiones a cuestiones del pasado del abogado y profesor de Derecho que quedan muy poco claras. Es algo deliberado y el espectador no llega a saber a qué se está refiriendo el personaje. En cualquier caso, no es preciso (más bien todo lo contrario) darle al espectador cada matiz de la película perfectamente explicado. Lo más destacable de la película, de hecho, es el seguimiento de la investigación en la que el espectador interpreta detalles, gestos y palabras según su criterio. Además, uno de esos acontecimientos del pasado tan sólo esbozados y mencionados de pasada parece jugar un papel central en la historia. 

Tesis sobre un homocidio es de esas películas en las que conviene contar más bien poco en las críticas, porque su valor reside en cómo se va desentrañando la trama. Los pasos que da Roberto, la actitud impasible de Gonzalo, la minuciosidad con la que el profesor va analizando cada pequeño detalle. Y, sobre todo, la doble interpretación que puede tener cada indicio que encuentra. Como le dice una amiga en un momento de la película, esos detalles que él interpreta como pruebas de la culpabilidad de su alumno pueden ser tal cosa, o todo lo contrario, meras especulaciones basadas en apriorismos.  En resumen, una buena película, interesante y entretenida con un muy guion, unos diálogos brillantes y grandes interpretaciones. La de Darín, por descotando, y también la de un gran Alberto Amman. 

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