El gobierno asume su fracaso


A pesar de las sonrisas frecuentes e inexplicables de los comparecientes, la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado viernes fue lamentable por muchas razones y supuso la aceptación por parte del ejecutivo de que ha fracaso. Las nuevas previsiones macroeconómicas del gobierno dicen que en este año nuestra economía caerá un 1,3%. Volveremos a crecer en 2014, pero sólo cinco décimas. El empleo no bajará del 25% hasta 2016. Esto quiere decir que el propio gobierno reconoce que terminará su legislatura con más paro que cuando llegó al poder. Un estrepitoso e inapelable fracaso.

Soraya Sáenz de Santamaría anunció desde el principio que los ejes de la política económica del gobierno no van a cambiar porque creen que vamos por la senda correcta. Con eso estaba dicho todo. La obsesión del gobierno con el déficit y la austeridad seguirá anteponiéndose a la creación de empleo. El ejecutivo seguirá festejando los brotes verdes que llegan desde los mercados ajeno al sufrimiento de los ciudadanos. De Guindos y Montoro seguirán exhibiendo la bajada de la prima de riesgo y la reducción de los intereses que tenemos que pagar por colocar nuestra deuda cuando se les pregunte por la asfixiante situación del desempleo en nuestro país.

 Dramático, triste, desolador, seguirán siendo adjetivos vacíos que empleen los miembros del gobierno para hablar del paro, pero no cambiarán nada para hacer frente a esta emergencia nacional que es el paro. Seguiremos escuchando a responsables del PP decir cosas como la EPA es "un mal dato" que no debe cegarnos o que el éxodo al extranjero de españoles formados que no encuentran trabajo en su país es algo maravilloso que nos enriquece, en lugar de decir la verdad, que es un drama que debería avergonzar a todos los responsables públicos y que nos está empobreciendo como sociedad. 

El gobierno anunció el viernes que no será capaz de reducir la tasa de paro. Lejos de eso, a final de 2013 el desempleo  será del 27,1%. Acabaremos 2014 con un 26,7%. En 2015 el desempleo sólo bajará hasta el 25,8% y dentro de tres años, repito, tres años, en 2016, aún tendremos una tasa de paro del 24,8%. Eso es lo que prevé el gobierno que, inexplicablemente, no ha dimitido en el momento justo de anunciar que esperan no haber hecho absolutamente nada para reducir el paro en España. Porque lo que anunciaron el viernes es exactamente eso: que no esperan reducir el paro, sino todo lo contrario, en los cuatro años que van a estar al frente del gobierno. 

Eso es asumir un fracaso y, además, seguir empecinado en la confusión de prioridades, en la suicida política de priorizar la austeridad por delante del desempleo. Que en un país con 6,2 millones de parados la palabra más repetida por el gobierno no sea "paro" o "desempleo" es muy significativo del nivel del ejecutivo. Han sido incapaces de frenar esta sangría y, lo peor de todo, no han tenido esta labor urgente como prioridad de su acción de gobierno. Ni la han tenido ni tienen previsto tenerla en el futuro. No vamos a generar un solo puesto de trabajo, vamos a dejar esto peor de cómo nos lo encontramos. Téngalo claro y no nos atosiguen con preguntas incómodas. Así se puede resumir la rueda de prensa del viernes.

Han fracasado y son criticados con mucha razón por propios y extraños. Los partidarios del PP esperaban más vigor de este gobierno, más determinación en la reducción de la Administración, más ímpetu reformista. Porque, por mucho que diga Montoro que la palabra "relajación" no está en el diccionario del gobierno, lo cierto es que han pisado el freno de las  reformas. Lo han pisado por completo. ¿Grandes medidas anunciadas el viernes? Subir los impuestos. Para completar el esperpento, el ministro Montoro no quiso precisar qué impuestos especiales subirá el ejecutivo. Inaceptable esta costumbre que está tomando el gobierno de no anunciar los acuerdos del Consejo de Ministros de forma clara en la rueda de prensa que tiene como efecto precisamente anunciar los acuerdos del Consejo de Ministros. Prefieren no contar todas las verdades, incluso mentir, para que nos divirtamos acudiendo al BOE a ver qué es lo que han acordado nuestros eficientes ministros. 

Insoportable es la resignación con la que el gobierno asume que bajo su mandato el paro crecerá en más de 700.000 personas. Inaceptable es que, cuando está quedando claro que esta receta económica no funciona, digan que vamos por el buen camino y que se ven señales positivas de recuperación. Incomprensible es que el ministro Montoro hablara de los sacrificios de los españoles en pasado, como si no fuera a mantener la subida "temporal" del IRPF hasta 2015. Impresentable es que Mariano Rajoy no comparezca ante los medios, es decir, ante los españoles, a dar la cara en un momento tan complicado como éste. Insufrible es que encima de todo esto tengamos que escuchar disparates mezquinos como los que han soltado personajes de la talla de Carlos Floriano, que dijo nada más enterarse de lo datos de la EPA aquello de "que no nos ciegue este mal dato". Insoportable es que los ministros hayan entrado en este juego de a ver quién suelta el eufemismo más estúpido y engañoso para no llamar a las cosas por su nombre. 

Este gobierno ha decepcionado a muchos de sus votantes, como para no hacerlo. Por cierto, el mantra de la reducción del déficit, machaconamente repetido por este gobierno, tampoco es que se les está dando demasiado bien. En 2012 el déficit público fue del 10,6% (cuento con el rescate a los bancos porque lo vamos a tener que pagar nosotros, no sé por qué se va a quitar para maquillar la cifra de déficit y bajarla hasta el 7%, por otro lado, tampoco una cifra como para tirar cohetes). Para 2013 prevén un déficit del 6,3%, del 5,5% para 2014, en 2015 será del 4,1% y sólo en 2016 se bajará del 3% (2,7%). Europa relaja las exigencias y acepta que reduzcamos el déficit más poco a poco. ¿Se habrán dado cuenta de los graves efectos del austericidio? No las tengo todas conmigo.

La deuda pública seguirá disparándose. Acabaremos 2013 con un 91,4% e irá subiendo los próximos años hasta el 99,8% del PIB. Esto es muy serio. Por último, el gobierno espera que el PIB suba un 0,5% en 2014, un 0,9% en 2015 y un 1,6% en 2016. El conjunto de las previsiones del gobierno dibuja un escenario apocalíptico que, ante cualquier adversidad nada descartable en nuestro entorno, tornaría en cariz aún más dramático. El gobierno no sólo se equivoca de prioridades, no sólo pretende engañar a los ciudadanos con eufemismos absurdos, no sólo asume su fracaso sin inmutarse. Es que además tiene la desfachatez de afirmar, abróchense los cinturones, que la realidad será mejor de lo que dicen sus previsiones porque lo que hace el gobierno es "ponerse en el peor de los mundos" para que luego si hay "sorpresas" sean "positivas". Según esta extraña teoría que defiende Luis De Guindos en una entrevista que publica hoy ABC, todo esto dará "credibilidad". Les pongo el enlace por si no me creen. No me lo tomaría mal, porque comprendo que es de traca. 

Ahora el gobierno se pone en lo peor para que, si hay sorpresas sean positivas. Ya. ¿Y qué hizo cuando, mientras todas las instituciones mundiales auguraban una caída de la economía española cercana al 1,5% pronosticó en los Presupuestos Generales del Estado una contracción de medio punto? Los mal pensados dirán que lo que el gobierno hacía antes era lisa y llanamente engañar a los ciudadanos sabiendo perfectamente que sus previsiones eran menos creíbles que el final de Los Serrano. 

Ahora nos dibujan un escenario apocalíptico para que nos llevemos alegrías y sorpresas agradables en el futuro. ¿Hasta dónde seguirá cayendo este gobierno arrastrando al país en su caída? Sé perfectamente que la situación económica que vivimos es muy compleja y soy consciente de que no hay soluciones sencillas ante problemas como éste. Sé también que España estaba ya en situación de parálisis cuando el PP llegó al gobierno. Comprendo perfectamente que esto no es tan fácil como tocar un botón donde ponga "empleo" y un gobierno pueda empezar a generar puestos de trabajo. También entiendo que tenemos que pagar nuestras deudas y que nos encontramos en un círculo vicioso en el que nos seguimos endeudando, porque no queda otra, para pagar los intereses pasados en un bucle muy dañino pero inevitable. En resumen, no seré yo quien simplifique la realidad que sufre España a la incompetencia o el fracaso de un gobierno. Es todo mucho más complejo.  Entre otras cosas, porque no tengo nada claro que otros partidos lograran remontar la situación. 

Ahora bien, este gobierno ha fracasado y da muestras permanentes de incapacidad. Serán muy inteligentes y tendrán una gran formación, no lo discuto. Pero tenemos un presidente del gobierno que sólo comparece ante la prensa a través de una pantalla de plasma (metáfora de los años de la burbuja, porque ya no se ven teles de las antes); un ministro de Hacienda  engreído y prepotente hasta decir basta;  una ministra de Sanidad sobre la que pesan serias dudas en torno a un caso de corrupción (¿recuerdan?); una ministra de Empleo que pide a la Virgen del Rocío que nos dé trabajo y que es incapaz de salir a dar la cara cuando la EPA da una cifra de 6,2 millones de parados en España; un ministro de Economía que es el rey de las subordinadas sin sentido y de los eufemismos; un ministro de Justicia que en su permanente afán de protagonismo no hace más que buscarse enemigos aunque sólo sea para copar los titulares; un ministro de Educación y Cultura que recorta de forma impresentable en la enseñanza y ha aceptado una brutal subida de IVA cultural hasta el 21% que está ahogando al sector; un ministro de Interior homófobo y con incontinencia verbal...

En fin, este gobierno es muy poco estimulante. Como el anterior, gritarán algunos. En efecto. La colección de personajillos y personajillas de los gabinetes de Zapatero también se las traía. Pero resulta que este ejecutivo era el que estaba sobradamente preparado, el que tenía un plan, el que no iba a repetir las improvisaciones de sus antecesores, el que iba a combatir el paro de manera efectiva, el que presentó un programa electoral de bajada de impuestos y otras promesas, todas ellas incumplidas. El problema más urgente que tiene España es el paro. Y no puedo apoyar ni entender a un gobierno que no lo sitúa como su máxima prioridad, que no da respuestas ni siquiera explicaciones a este drama y que se sirve de circunloquios e interminables rodeos verbales para huir de la verdad. Este gobierno ha fracasado. Tiene legitimidad que le dio las urnas en noviembre de 2011, por supuesto. Pero ha fracasado, está siendo inútil para el país. Podemos ser almas cándidas que se crean la teoría huevo Kinder del ministro De Guindos ("hacemos previsiones tan malas para luego daros sorpresas positivas, tontos") o podemos ver la realidad y certificar que el ejecutivo está desorientado y ha decepcionado a propios y extraños. Que ha reconocido que es incapaz de resolver esto. 

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